La directora del área informática y telecomunicación de Inacap señaló que la participación de las mujeres en carreras como Informática, sigue siendo baja con  un 8% y un 12%. Factores familiares, sociales y escolares, son relevantes a la hora de generar el cambio.

Por Rebeca Ubilla M.

En los tiempos que corren, con una pandemia por coronavirus donde el teletrabajo y la tecnología se ha vuelto protagonista en el mundo laboral, no es de extrañar que los profesionales ligados a las tecnologías de la información estén siendo muy valorados. Y es aquí donde nos preguntamos: qué pasa con las mujeres en esta área?  Estudios y expertos señalan que para el área de tecnologías, que genera una alta demanda de profesionales especializados, la oferta de especialistas mujeres desde la Educación Superior es muy baja.  Cómo comenzar a cambiarlo? Conversamos con Karin Quiroga, directora del área informática y telecomunicaciones de INACAP.

– ¿Qué acciones prácticas se deben incorporar en la educación para que más niñas se encanten con las TIC?

-El bajo interés de las niñas por incorporarse a áreas y carreras STEM (Science + Technology + Engineering + Mathematics) comienza a muy temprana edad, en periodo pre-escolar y educación primaria y se acentúa a través de los años. Estas decisiones se ven fuertemente influenciadas por factores personales, sociales y de estereotipos que influyen en las decisiones vocacionales y profesionales de las niñas y mujeres.

En la publicación de la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) del 2019, “Descifrar el código: La educación de las niñas y las mujeres en ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM)” se identifican claramente algunos de los factores que influyen en la participación, progresión, y rendimiento de mujeres y niñas en la educación STEM.

-¿Cuáles serían los factores individuales?

-No se observan diferencias en el mecanismo neuronal del aprendizaje en base al sexo del estudiante. Si bien pueden observarse algunas diferencias de género en ciertas funciones biológicas, estas tienen poca o ninguna influencia en las aptitudes académicas, incluyendo las materias STEM. Es posible que los factores genéticos tengan influencia en las habilidades académicas, pero las investigaciones sugieren que las diferencias en las capacidades cognitivas son probablemente mayores entre los individuos que entre las mujeres y los hombres, y que la capacidad genética interactúa con el ambiente y está muy influenciada por este. También considera factores psicológicos, incluyendo la eficacia personal, el interés y la motivación.

-¿Cómo influyen los factores familiares y de pares?

Los padres y las madres, incluyendo sus creencias y expectativas, cumplen un rol importante en la conformación del interés y las actitudes de las niñas hacia los estudios STEM. Los padres con creencias tradicionales acerca de los roles de género y que tratan a las niñas y los niños de manera desigual pueden reforzar estereotipos negativos acerca del género y sus capacidades en STEM.

-¿Qué se puede decir del ambiente escolar?

-El ambiente escolar, incluyendo el perfil de los profesores, su experiencia, sus creencias y expectativas, el plan de estudios, los materiales o recursos de aprendizaje, las estrategias docentes y las interacciones maestro-estudiantes, las prácticas de evaluación y, en general, el entorno escolar, también incide.

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-¿Cómo influye el entorno social?

-El factor social incide, a través de las normas sociales y culturales relacionadas con la igualdad de género y los estereotipos en los medios de comunicación. Las normas culturales y sociales influencian las percepciones de las niñas acerca de sus capacidades, su rol en la sociedad y sus aspiraciones profesionales y personales.

-Considerando lo señalado, ¿Qué se necesita para que más mujeres se inclinen por las carreras digitales?

-Abordar acciones que apunten a los factores anteriormente planteados, a través de iniciativas concretas en ámbitos públicos, privados y fuertemente en educación. Por ejemplo, a nivel individual, familiares y pares, acciones para el desarrollo del interés, compromiso, motivación, creencias y expectativas de padres y madres a través de los modelos de rol. A nivel escolar, contar con profesores especializados en ciencias, matemáticas y tecnologías que puedan influenciar positivamente el rendimiento y el compromiso de las niñas con su educación y su interés en seguir carreras profesionales en el área. A nivel social, desarrollo de políticas de igualdad de género, desarrollo de redes, información desglosada por genero para medir las brechas y avances, entre otras.

 

-¿Por qué existe tanta brecha entre la participación de hombres y mujeres en esta área en Chile y Latinoamérica en general?

-El distanciamiento de las niñas hacia áreas STEM desde las etapas preescolares influye posteriormente en la participación y disponibilidad de mujeres en carreras tecnológicas y luego en el ámbito productivo. Un ejemplo concreto es la participación de mujeres en las tres áreas del conocimiento más importantes del Sistema de Educación Superior, que concentran el 66% de la matrícula total del sistema: Tecnología, el área más grande con un 27% de los estudiantes, Administración y Comercio con un 20% y Salud con el 19%, para cada una de ellas, y es interesante observar el porcentaje de mujeres que estudian en estas áreas. En el área salud la participación de mujeres es 76%, en Administración y Comercio un 56%, en el área Tecnologías solo un 20%. Sin considerar que en carreras como Informática y Telecomunicaciones la participación de mujeres se encuentra entre un 8% y un 12%.

-Y es aquí donde entramos en la oferta de mujeres especializadas…

-Para el área de tecnologías, que genera una alta demanda de profesionales especializados, la oferta de profesionales mujeres desde la Educación Superior es muy baja. A esto se agregan las barreras para la incorporación de mujeres en ámbitos laborales, asociados nuevamente a estereotipos, donde las organizaciones o los responsables de los procesos de reclutamiento definen anticipadamente, a similares cualificaciones o formación académica, puestos de mayor responsabilidad o de características altamente técnicas a hombres, y a las mujeres se asocian mejor preparadas en áreas de humanidades, administración y salud. Este escenario ha ido cambiando con iniciativas que desde hace algunos años han iniciado diversas organizaciones que impulsan el cierre de brechas de género en tecnologías.

– ¿Qué países llevan la delantera en el tema?

En el ranking 2019 de Paridad de Género elaborado por el Foro Económico Mundial, el cual refleja la brecha salarial y la desigualdad laboral entre hombres y mujeres en todo el mundo, analizando las condiciones educativas, profesionales, políticas y sanitarias de 153 países, Chile ocupa el número 57. Islandia, Noruega, Finlandia, Suecia y Nicaragua se encuentran dentro de los cinco primeros lugares en el ranking. El informe señala que el tiempo en que el mundo alcanzaría la equidad de género es de 99 años.

Karin Quiroga