Por: Elizabeth Salazar T.
Se estrenó el 2 de octubre y sólo en horas se transformó en lo más visto en Netflix, es que quienes nos dispusimos a ver “Emily in París”, quedamos enganchadas hasta el final. Creada por Darren Chris el mismo de la famosa “Sex and the city”, acá realiza una mezcla entre esta última y “El diablo se viste a la moda”, las asociaciones son inevitables. La historia sigue a Emily (Lily Collins), una joven ejecutiva de marketing de Chicago, que debe trasladarse a trabajar en París. Aunque su llegada a la ciudad del amor, no será nada fácil, ya que en la oficina de publicidad a la que arriba, no la ven con buenos ojos, cuestionan sus ideas e ímpetu y sobretodo, el hecho que Emily no sepa hablar en francés. Su jefa Sylvie ( Philippine Leroy Beaulieu), no le hará la vida nada fácil. Además, Emily comienza a conocer a su vecino Gabriel (Lucas Bravo), un atractivo chef que la ayudará con el idioma y un día por casualidad se encuentra con Mindy Chen (Ashley Park), una chica que trabaja como niñera, que se convierte en su amiga.
Nos muestra bellamente París, la protagonista camina bastante por las calles parisinas, así que la vamos acompañando en ese recorrido, obviamente que la moda es un punto importante y Emily siempre anda vestida en forma impecable, con un estilo muy moderno. Emily comienza a descubrir sus fortalezas y debilidades en lo laboral, además la muestran como una feminista, una mujer creativa e ingeniosa.
Lily Collins hace con mucha gracia y simpatía el personaje, los diez capítulos de casi media hora de duración, se pasan volando, una quiere saber qué pasará con Emily. Tiene humor, amistad y amor, por supuesto. Una muy entretenida opción para ver estos días, livianita dense el tiempo de verla.
