A propósito del día mundial de esta enfermedad, el director técnico de Vidacel, José Parraguez, explicó las posibilidades de realizar un tratamiento seguro a través del uso de células madre.

 Este miércoles 22 de septiembre se celebra el Día Mundial contra la Leucemia, comúnmente conocido como “cáncer de sangre”, el cual consiste en un conjunto de enfermedades hematológicas que afectan a la médula ósea, lugar donde se forman las células de la sangre.

En el caso de las personas que tienen leucemia, la médula ósea produce una cantidad excesiva de glóbulos blancos anormales, que no funcionan correctamente. Esto afecta a diversos órganos a medida que aumentan las células anormales y disminuyen las células normales.

De acuerdo con datos recopilados por The Global Cancer Observatory (Globocan), dependiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), durante 2020 se diagnosticaron en nuestro país 1.332 nuevos casos de leucemia y 916 fallecimientos por esta enfermedad.

Al detallar por edad se evidencia que, en menores de 19 años, la leucemia fue protagonista del mayor número de decesos por cáncer en este rango etario durante el año pasado, con un total de 68 casos y la mayor cifra de diagnósticos, con 255 casos nuevos. Una tendencia que, según el estudio, se replica a nivel regional, liderando la tabla en incidencia y mortalidad, países como Brasil, Colombia y Argentina.

Dependiendo del tipo de leucemia y otros aspectos relacionados con el paciente, las opciones de tratamiento pueden incluir quimioterapia, esteroides, o procedimientos más intensivos.

El uso de quimioterapia es actualmente el método más efectivo para matar las células cancerígenas y puede curar a algunos pacientes. Sin embargo, este método también daña severamente las células madre sanguíneas normales del paciente.

El director técnico de Vidacel, José Parraguez, enfatizó que “para reemplazar estas células dañadas, los pacientes reciben un trasplante que contiene células madre hematopoyéticas y otras células importantes que contribuyen a la terapia. Las células a trasplantar pueden provenir de la sangre periférica, de la médula ósea o sangre de cordón umbilical”.

“Estos trasplantes son efectivos porque contienen importantes células del sistema inmune que contribuyen eliminando las células leucémicas, además de diferentes sub-poblaciones que restablecen la producción de sangre”, aseguró el doctor en Ciencias.

Las células del propio paciente pueden también ser usadas en el trasplante (trasplante autólogo), siempre y cuando sea posible recoger suficientes células sanas antes de comenzar el tratamiento. En el caso de que un donante diferente sea necesario, entonces su tejido tiene que ser compatible con el del paciente para reducir el riesgo de rechazo de las células del donante trasplantadas.