Y ahora ¿qué? Las oportunidades que vienen

Y ahora ¿qué? Las oportunidades que vienen

Columna de Patricia Rojas U – Fundadora de EV House

Nunca había tomado más sentido la frase “El futuro es hoy” como lo ha hecho en los tiempos que estamos viviendo. Se suponía que todo lo que está pasando iba a suceder en otro momento: digitalización acelerada, teletrabajo, relación a distancia en pro de la eficiencia, etc.

A la luz de lo anterior, la pregunta es ¿cuál es ahora el futuro? Personalmente, debo decir que proyectar es un ejercicio cada día más difícil, pero no por eso imposible.

La respuesta es amplia, aunque si lo enfocamos en el emprendimiento, debiéramos preguntarnos “y ahora ¿qué?”. Como siempre, recurro a lo que a mis ojos es el “santo grial” para ser emprendedor: Mindfulness.

Para los que no saben, mindfulness es una técnica que permite tomar conciencia plena de nuestras emociones con el fin de eliminar la frustración o ansiedad que produce el no poder cambiar ciertas situaciones.

La Historia nos cuenta que el ayudante de Fernando VII, quien tenía una reunión importante, Influido por el nerviosismo de querer vestir al monarca a toda prisa, no lograba realizar correctamente su tarea, por lo que el rey le dijo: “Vísteme despacio que tengo prisa “. Por su parte, el mandato que el Emperador romano Augusto le hacía a sus ayudantes era: “Apresúrate lentamente”. Según Suetonio (Historiador romano posterior a Augusto) en su momento, el Emperador aconsejó lo siguiente: “Caminad lentamente si queréis llegar más pronto a un trabajo bien hecho”

Si bien la conciencia no es amiga de la eficiencia (siendo esta última altamente valorada en el mercado), hoy es fundamental tener la capacidad de conectarse con el presente, y para eso, necesariamente debemos hacer las cosas de forma lenta. Mientras más lento hacemos las cosas, más conscientes somos de lo que estamos realizando y, por ende, disminuimos el margen de error y eso, en el mediano plazo, si se traduce en eficiencia. El problema: la ansiedad propia de la incertidumbre de no saber (sobre todo en estos tiempos) qué va a pasar mañana, nos llama a ser rápidos y eso está provocando ceguera a la hora de proyectar.

Una de las cosas que nos pone por sobre la tecnología es la capacidad de potenciar las habilidades que nos hacen distintivos como especie humana, siendo la más importante, razonar.

Considerando todo lo anterior, me parece que la mejor decisión que puede tomar un emprendedor en estos momentos es poner atención a las nuevas necesidades (lo que mejor sabe hacer).

En términos concretos, imaginando una situación post crisis (por muy ficción que parezca el ejercicio hoy), la demanda de Ingenieros, especialistas en robótica, en ciberseguridad y blockchain, programadores, expertos en marketing digital, como también de profesionales de todas las áreas relacionadas con la medicina preventiva, será alta.

Otro perfil con cierta posibilidad de posicionamiento positivo en el mercado serán los bioestadísticos para investigación genómica, por existir la necesidad de que, un experto en estadística y data science, trate diferentes fuentes de información para el análisis y posterior conclusión útil en las investigaciones del genoma humano. Conocer al ser humano en su naturaleza y composición genética, permitirá estar más preparados ante una amenaza biológica o química.

Sin embargo (y he aquí lo relevante) todos los profesionales por igual, y emprendedores en general, tendrán como misión desarrollar las denominadas soft skills (capacidad de adaptación, trabajo en equipo o creatividad). El real desafío será la gestión y desarrollo de las personas. La tecnología nunca va a sustituir a quien imparte formación.

La psicología, el coaching y el mentoring deberán enfocarse en el trabajo para las empresas desde lo emocional; desarrollar el trabajo en equipo en tiempos de teletrabajo será el gran desafío. Más aún, considerando un posible efecto similar al Shell Shock que existirá si volvemos a una normalidad (o nueva normalidad) en los equipos de primera línea (como son los equipos médicos o los trabajadores del sector público)

Un concepto que entrará, seguramente, en las nuevas soluciones en el ámbito de la salud es el de ehealth, donde la atención será virtual (cosa que ya ocurre con las terapias psicológicas). En este ámbito, será necesario especialistas en realidad aumentada y virtual, y expertos en áreas relacionadas (genómica, en investigación de fármacos, vacunas, en inteligencia artificial y en biotecnología).

En el ámbito de la educación, por su parte, el enfoque será formativo. Lo positivo será la personalización, considerando la adaptación de los programas al progreso del estudiante, toda vez que la crisis evidenció una desigualdad abismante, que daba cuenta de las carencias escondidas tras un sistema de educación que lleva años al debe. En este sentido, se requerirán soluciones para generar formatos formativos, como MOOCs (cursos online abiertos y masivos).

En términos más generales, optimizar los procesos logísticos requiere conocimiento en Big Data, en IoT, incluso en delivery de alimentos, siendo esto último lo más notorio.

Finalmente, el ámbito del Derecho no se queda atrás, pues la Ley de Teletrabajo en Chile no es algo nuevo (pero si necesario y se valora que esté vigente). La real novedad es la necesidad de expertos legales en robótica, para diseño e implementación de un marco legal que regule el uso de esta tecnología exponencial en la asistencia quirúrgica. Asimismo, la ética en inteligencia artificial para medicina personalizada deberá ser llevada por expertos que aseguren que no existan arbitrariedades o prejuicios hacia algún grupo humano a la hora de ser atendidos.

En conclusión, oportunidades hay. Serán los emprendedores de hoy los que creen las soluciones del mañana, pero no hay duda que crisis también es crecer. Lo vamos a lograr.

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