Tabaco y Cirugía: Enemigos a muerte!

Tabaco y Cirugía: Enemigos a muerte!
  • Solo un cigarro altera profundamente el flujo sanguíneo, es por esto que es fundamental que el paciente no fume en su pre y post operatorio

De acuerdo a las últimas cifras entregadas por la Organización Panamericana de la Salud, Chile posee el mayor porcentaje de fumadores del continente. Más de 4 millones de personas consumen 8 y más cigarros al día en nuestro país, cifra altamente preocupante y por la que el gobierno, a través del Ministerio de Salud, está desarrollando una serie de campañas e iniciativas que buscan bajar estos índices.

La importancia de este tema no es menor si pensamos que el tabaco es el responsable de más de 40 muertes diarias por enfermedades asociadas a su consumo. Sin embargo, más allá del fallecimiento, hay una serie de otros efectos asociados al consumo de cigarrillo que no son tan conocidos y que pueden traer serias consecuencia a la salud.

Uno de ellos está relacionado con los riesgos que corren las personas fumadoras cuando deben someterse a una cirugía, ya sea por problemas de salud o estético. Para la médico cirujano y directora de la Clínica It Cirugía Plástica Estética, María Isabel Thumala, “las personas fumadoras se arriesgan a tener fallas graves en el proceso de cicatrización, muerte de los tejidos e infección, profundizacion de la herida –pudiéndose agrandar hacia el plano profundo y hacia los lados-, cicatrices de mala calidad, mayor tiempo de inflamación que puede prolongar el dolor, complicaciones broncopulmonares, tos asociada que intensifica el dolor por la contracción muscular producida, mayor riesgo de infarto al corazon o accidentes vasculares durante y despúes del  pabellón, entre otras complicaciones”.

Según explica la especialista,  la nicotina –uno de los principales componente del cigarro-  es un potente vasoconstrictor que cierra las arterias del organismo impidiendo que llegue sangre a todos los lugares. Las heridas y cicatrices requieren de un correcto flujo sanguíneo para poder cerrarse, sobre todo aquellas que se encuentran bajo tensión, como es el caso de las abdominoplastías, pexia de mamas o lifting facial.  En todos estos casos, si no llega buen flujo de sangre, existe una alta probabilidad de que la herida no cierre, se profundice por falta de oxígeno, se produzcan lesiones necróticas o la muerte del tejido.

“Está demostrado que mientras mayor sea el consumo de tabaco mayor es el daño acumulado en las arterias y órganos, pero basta sólo un cigarro para alterar el normal flujo sanguíneo. En cuanto a la edad, podemos señalar que entre mayor tiempo lleve fumando el paciente, hay más probabilidades de que presente otras patologías asociadas al consumo de tabaco, generando un riesgo mayor al procedimiento”, destaca la especialista.

Es por esto que la recomendación que se les da a las pacientes que se someterán a una cirugía y que son fumadores, es que dejen los cigarros de la lado a lo menos 2 semanas antes de ingresar a  pabellón, y durante todo el proceso post operatorio, que generalmente dura un mes o más dependiendo de la evolución de las heridas y la magnitud de la cirugía.

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