El ejercitar durante los meses de invierno puede disminuir los riesgos de contraer enfermedades cardiovasculares y aumentar la vitamina D en el organismo.
Y es que las bajas temperaturas y la poca luz solar de los días invernales hacen que muchas personas reduzcan significativamente el ejercicio durante esta época del año o simplemente dejen de practicarlo.
Porque es relevante poder estar activos durante todo el año, en estos meses invernales, queremos entregar algunas razones (y precauciones) para animarte a realizar ejercicio a pesar de las bajas temperaturas, lo anterior, tomando siempre las medidas sanitarias de acuerdo a la fase y el paso a paso en el que te encuentres.
Giselle Koch, nutricionista de Figurella, indica que ejercitándose en época invernal ayuda a quemar más calorías. Investigaciones muestran que hacer ejercicio regularmente a bajas temperaturas puede aumentar en un 45% la producción de grasa marrón encargada de quemar calorías para elevar tu temperatura corporal, lo que también ayuda a aumentar el metabolismo general.
Lo anterior, es útil para prevenir el aumento de peso invernal que a menudo se acumula debido a los menores niveles de actividad diaria, la ingesta reducida de frutas y ensaladas frescas, y el mayor consumo de alimentos reconfortantes con mayor cantidad de grasa.
Otra buena razón para realizar ejercicio en invierno es que mejora el ánimo y puede ayudar a reducir la ansiedad, el estrés y la depresión, factores que con pandemia se han incrementado. Sin embargo, si se puede realizar ejercicio al aire libre (patio de la casa o parque) puede tener beneficios adicionales. Si tienes la opción de realizar trekking durante varias horas, la sensación de placer aumenta y se reduce la sensación de fatiga. En este caso, se reportó más tranquilidad y menos ansiedad que en el grupo sedentario, por lo que realizar ejercicio en el lugar que te guste más es definitivamente la mejor opción.
La encuesta estadounidense National Health and Nutrition Examination Survey, indicó que el ejercicio al aire libre puede disminuir el riesgo de morir por enfermedad cardiovascular en hasta un 27% en comparación con el sedentarismo y se relacionó fuertemente con niveles más altos de vitamina D, la cual disminuye en el invierno debido a la exposición reducida al sol (los rayos UVB del sol detonan la formación de vitamina D en la piel), que desempeña un papel en la salud ósea y el riesgo de caídas, favorece la función inmunológica y puede ayudar a proteger contra el cáncer, enfermedades del corazón y diabetes.
A pesar de las bajas temperaturas, un tema que recalca la nutricionista de Figurella es hidratarse. a pesar de no sentir sudoración, ya que igualmente al ejercitarse el cuerpo está perdiendo una cantidad considerable de líquido corporal. La respuesta a la sed puede verse particularmente afectada en el clima frío, así que no se debe olvidar el tomar agua antes, durante (si es posible) y después del ejercicio para evitar la deshidratación.
Como puedes ver, no es cosa del otro mundo practicar ejercicio este invierno, y las ventajas pueden ser considerables. El consejo es seguir haciendo ejercicio durante los fríos meses de invierno, incluso si la tibia cama o la estufa llama a descansar y no activar el cuerpo.