Por: Elizabeth Salazar T.
Basada en la novela de Kent Haruf del mismo nombre, nos muestra a dos viudos que viven en Colorado y que van resintiendo su soledad. Un día Addie Moore (Jane Fonda), decide visitar a su vecino Louis Waters (Robert Redford) y le hace una propuesta algo extraña, dormir juntos, para hacerse compañía; nada más. Waters tras pensarlo un poco, decide aceptar. Ambos tienen hijos que no viven con ellos, de manera que, deciden ser cómplices de sueños y confesiones nocturnas.
Una de las cosas más bonitas de este film, es ver la naturalidad que se va desarrollando esta relación, dos personas inmersas en su profunda soledad durante la noche (tal vez el silencio es cómplice de acrecentar esos sentimientos), encuentran apoyo y compañía en quien menos lo pensaban. Empiezan a compartir secretos, confesiones y uno que otro ronquido. Con el tiempo, su mutua compañía se siente más grata y cercana, por lo que, se comienzan a buscar para realizar actividades de día.
Hoy en día, que se habla tanto del crecimiento y calidad de vida de la población adulta mayor, nos llega esta película que permite visibilizar de forma acertada, como afecta a una persona el vivir un duelo, pero también, nos muestra que la carga compartida es hace esta situación más llevadera.
Es la cuarta vez que Jane Fonda y Robert Reford trabajan juntos y aunque han pasado más de treinta años desde que hicieron “El jinete eléctrico” en el año 1979, se nota el conocimiento y feeling que tienen juntos. Jane Fonda, tiene mucho carisma y gracia, mientras que Robert Redford, mantiene toda esa solemnidad y caballerosidad que lo convirtió en un galán.
Una bonita película que aparentemente se ve muy simple, pero de a poco nos va develando sus capas, podemos ver que en sus diálogos y en su trama, hay bastante profundidad. Para ver y pensar.
Director: Ritesh Batra
Duración: 103 minutos
Puede verla en Netflix
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