- Este domingo 27 de agosto las primeras 200 personas que lleguen entre las 12:00 y 14:00 horas, vestidos de algún personaje de comic, animé, videojuegos, cine o literatura, podrán acceder de manera gratuita al museo.
Cada 27 de agosto se celebra el Día internacional del Cosplay (término que surge de la contracción “costume” y “play”, que se traduce en “disfraz” y “jugar/interpretar” respectivamente) y por primera vez el Museo Interactivo Mirador (MIM) festejará este hito que cada vez suma a más niños, adolescentes, jóvenes y adultos a encarnar y representar a sus personajes favoritos de comic, animé, videojuegos, cine o literatura.
Es por ello que el domingo 27, las primeras 200 personas que lleguen entre las 12:00 y 14:00 horas vestidos de alguno de estos personajes de la cultura pop, podrán acceder de manera gratuita al museo.
Esta iniciativa se enmarca dentro de las actividades que el Centro Interactivo de los Conocimientos (que incuba al MIM, Túnel Universo y otros espacios), ha generado este año para celebrar la amistad; por lo que serán muy bienvenidos los grupos de amigos y amigas que lleguen caracterizados durante la jornada a disfrutar de las salas y espacios interactivos.
En este sentido, el cosplay es un movimiento mundial que incluye a personas de todas las razas, de distintas realidades socioeconómicas y de diferentes orientaciones sexuales. Si bien existe un estereotipo que rodea a quienes se insertan dentro de la cultura geek, ya que muchos piensan que son más callados e introvertidos, cuando se rodean de la comunidad donde se sienten parte, suelen hacen amistades y se conectan con personas que comparten los mismos intereses que ellos.
La doctora Nanet M. López-Córdova, catedrática asociada del programa de psicología clínica de la Universidad Carlos Albizu de Puerto Rico, quien se especializa en diversidad cultural y psicología de la salud, explicó a la Revista Diálogo que “ellos escogen ese personaje, ya que puede tener una característica particular que le evoca algo en la personalidad propia de ellos. Por ejemplo, uno puede traerle felicidad, otro puede darle valentía”.
Además de conectarse más estrechamente con diversas comunidades de adolescentes y jóvenes que suelen reunirse en torno a esta pasión por la representación de sus personajes favoritos, el museo también busca entregar un espacio a quienes vibran con el arte tras estas expresiones de la cultura popular, en que conviven ilustradores y escritores, y que de paso permite desarrollar diversas habilidades creativas en el proceso de construcción del personaje elegido.
Por otro lado, muchos expertos están de acuerdo en que el Cosplay proporciona beneficios psicológicos a quienes lo practican, pues permite salir de la rutina, es una buena terapia contra a timidez, ayuda a integrarse socialmente, puede neutralizar los pensamientos negativos y refuerza la autoestima.
En Chile el fenómeno comenzó tomar fuerza desde 2003 y hoy en día más de 2000 personas practican Cosplay profesionalmente en nuestro país, según estudio de la socióloga Constanza Cabrolié; y no son solo adolescentes, ya que el rango de edad va entre los 17 y 30 años, obviamente con muchas excepciones.
Los cosplayer buscan recrear la indumentaria e identidad de un personaje ficticio mediante la caracterización y la interpretación, de manera que un Cosplay bien logrado no solo trata de emular la vestimenta, sino representar fielmente la esencia del personaje, razón por la cual puede hasta resultar ofensivo para ellos hablar de “disfraz”.
Esta tendencia comenzó entre la comunidad aficionada al manga japonés en los años 70, que se reunía en la Feria Comic Market”, y luego a los lectores de cómic en Estados Unidos, sin embargo, no se hizo realmente popular sino hasta los años noventa en que se consolidó como una fuerte expresión cultural.
MIM en Calma
La invitación para llegar caracterizado al museo es desde las 12:00 horas, ya que durante ese domingo 27, entre 10:00 y 12:00 horas se llevará a cabo una nueva jornada de MIM en Calma, un bloque de horario destinado a las personas en el espectro autista o con desorden de procesamiento sensorial, que se activa los últimos domingos de cada mes, para crear un ambiente protegido para las personas en el espectro autista, con estímulos sensoriales reducidos y una menor afluencia de público.
Durante esas dos horas, el museo desconecta o disminuye el volumen de algunas exhibiciones que emiten luces y sonidos fuertes y que podrían contribuir a generar una sobrecarga sensorial; y reducimos considerablemente el número de entradas a la venta durante esa mañana.
Esta es una iniciativa inclusiva, con la intención de mejorar la experiencia de la visita de las personas en el espectro autista y sus familias, así como de cualquier persona que necesite de un entorno más tranquilo para disfrutar del museo, sin el ajetreo y bullicio de una visita regular.