Por el exceso de humedad y aumento de temperatura, el uso de mascarilla puede alterar la composición de los lípidos cutáneos, favoreciendo el desarrollo de acné en nariz, mejillas y pera, fenómeno que se ha denominado “maskne”, el nuevo acné provocado por el uso prolongado de mascarilla.

El uso de mascarilla es una barrera de protección que disminuye las probabilidades de contagio de Covid–19 hasta en un 7%, ayudando a prevenir la transmisión del nuevo coronavirus de personas contagiadas a sanas. El prolongado uso de este protector facial en algunas personas puede “provocar acné por la obstrucción que genera la mascarilla, produciendo un exceso de humedad y aumento de la temperatura en la piel cubierta. La mascarilla también puede irritar y ocluir el ducto de salida de la unidad pilosebácea, alterar la composición de los lípidos cutáneos y desequilibrar la microflora bacteriana del rostro”, indicó Lybeny Rivera, dermatóloga de Clínica Bupa Reñaca.

Por las molestias que puede generar el “maskne” en contacto con el sudor o roce, es importante conocer cómo se puede prevenir la aparición de este tipo de acné, adquiriendo nuevas rutinas de cuidados de la piel. A continuación, la especialista Rivera explicó cómo se puede evitar la inflamación de las glándulas sebáceas:

  • Lavar el rostro con sustitutos de jabón: Se recomienda hacer una limpieza con productos denominados syndet (jabones sin jabón con pH parecido al de la piel) y agua tibia, los cuales limpian, pero evitan el daño de la barrera cutánea. Esto, todos los días, en la mañana y noche.
  • Evitar exfoliantes agresivos (mecánicos o químicos): Sobre todo en la piel que va a estar cubierta por la mascarilla.
  • Utilizar un hidratante no comedogénico y sin fragancia: En caso de pieles más grasas, el hidratante ideal debería contener además ingredientes seborreguladores.
  • Suspender o minimizar el uso de maquillaje: Especialmente el maquillaje más grueso y oleoso.
  • Evitar mascarillas desajustadas: Desechando aquellas que queden en algunas áreas demasiado tirantes y produzcan roce.
  • Seguir las instrucciones de cambio: Según el tipo de material de la mascarilla. Nunca volver a colocar la misma mascarilla si quedó húmeda o sucia, en caso de que se pueda lavar, hacerlo con detergentes suaves o jabón para lavar ropa.

¿Cuándo consultar a un dermatólogo?

Al aparecer el “maskne” en zonas muy visibles como nariz, borde de labios, mejillas y pera, las personas suelen tratar de tapar el acné con productos cosméticos como base o improvisar con recetas caseras como pasta de dientes para secar la glándula sebácea, opciones que son perjudiciales, ya que solamente empeorarán y aumentarán la irritación.

“El tratamiento del acné provocado o empeorado por la mascarilla dependerá del grado de severidad: Si es leve o moderado puede responder al uso nocturno de cremas que contengan muy bajas concentraciones de ácido salicílico o agentes antimicrobianos y queratolíticos como el peróxido de benzoilo o retinoides, como por ejemplo adapaleno o tretinoina. Si es un acné más severo, va a requerir la evaluación médica y probablemente añadir terapia sistémica como antibióticos u otros fármacos”, afirmó la dermatóloga de Clínica Bupa Reñaca.

Otros efectos del uso prolongado de mascarilla que se han detectado, sobre todo en profesionales que deben usar este elemento durante largas jornadas, son:

  • Daños a nivel cutáneo: En áreas en que la mascarilla ejerce presión en la piel puede provocar maceración, erosión e incluso úlceras.
  • Dermatitis por contacto: Tanto irritativa como alérgica e infecciones cutáneas secundarias.