Por: Elizabeth Salazar T.
Se estrenó hace un par de semanas, la película francesa “Los años más bellos de una vida”, la que nos muestran a un hombre y una mujer, que en su juventud tuvieron una historia de amor fulgurante, inesperada, atrapada en un paréntesis convertido en un mito. En la actualidad, Jean-Louis Trintignatn (Jean-Louis Duroc), quien fue un piloto de carreras, se ve enfrentado a la perdida de su memoria. Como una forma de ayudarlo, su hijo decide encontrar a la mujer (Anouk Aimée), que su padre rememora, de ese amor que no pudo ser…
Una película, con una historia bellamente contada, me gustó mucho la forma en que se van mostrando los flashback que tienen los protagonistas. Viéndola me recordó un poco a “Diario de una pasión”, por la pérdida de memoria y porque hay parte de la trama, que se desarrolla en un asilo. Aunque en este caso, la historia de “Los años más bellos”, es bastante más acotada, eso sí y acá es el hombre quien pierde los recuerdos.
Los protagonistas del film, están muy bien, ambos convencen con sus actuaciones, en el caso de Jean-Louis tiene momentos más graciosos y emotivos también, una de las cosas que más me gustó de Anouk, es su lenguaje no verbal, la forma en lo mira, realmente contempla a este hombre y a pesar que fue una amor fugaz, el sentimiento se nota profundo. En este reencuentro, a pesar de que Jean-Louis no la reconoce, disfrutan a concho.
Es una película, para ver con tranquilidad, tiene humor, amor y porque no decirlo, también sirve para reflexionar acerca de las enfermedades de pérdida de la memoria, cuando la persona está presente, pero sus recuerdos se han ido. Vaya a verla, vale mucho la pena.