En Chile, se estima que cerca del 14% de la población vive con diabetes. Y según los últimos datos del Ministerio de Salud, 23.716 personas tienen diabetes tipo 1. 

Entre los síntomas que pueden alertar la presencia de esta patología están orinar de manera muy frecuente, y tener mucha sed y hambre.

En todo el planeta hay cerca de 420 millones de personas con diabetes, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud. De ellos, aproximadamente 9 millones corresponden a casos de diabetes tipo 1, variante de esta patología que se origina por una destrucción total de las células beta, productoras de insulina, debido a lo cual la persona no es capaz de seguir produciendo esta hormona.

En Chile, se estima que cerca del 14% de la población vive con diabetes. Y según los últimos datos del Departamento de Estadística e Información en Salud (DEIS) del Minsal, 23.716 personas tienen diabetes tipo 1. En un nuevo Día Mundial de la Diabetes, que se conmemora cada 14 de noviembre, estas cifras expresan la importancia de abordar las necesidades de quienes padecen esta enfermedad, reconocer sus síntomas y tratamientos disponibles.

Para el Dr. Bruno Grassi, médico internista, subespecialista en diabetología del adulto y profesor de la Escuela de Medicina de la Universidad Católica, un primer paso para comprender y ayudar a las personas con diabetes tipo 1 es desmitificar algunas creencias. Por ejemplo, que esta vertiente de la enfermedad es hereditaria y se desarrolla solo durante la infancia o adolescencia.

“La diabetes tipo 1 no es una enfermedad genética. Es un accidente autoinmune en que una persona desarrolla una lesión autoinmune que le impide producir la insulina necesaria. De hecho, solo el 10% de las personas con diabetes tipo 1 tienen un antecedente familiar de la enfermedad. El 90% restante son casos únicos en su familia”, detalla el especialista.

Además, esta condición puede presentarse a cualquier edad. “El patrón de la diabetes tipo 1 ha cambiado mucho. Hoy en día, el 60% de los casos son diagnosticados después de los 20 años de edad. Y como los niños y adolescentes crecen, actualmente se estima que el 85% de los casos de diabetes tipo 1 corresponde a adultos”, añade Grassi.

A diferencia de la diabetes tipo 2, que se puede prevenir o retrasar con un estilo de vida y alimentación saludables, la aparición de la diabetes tipo1 responde básicamente a un hecho fortuito, aunque existen múltiples hipótesis que la asocian a factores medioambientales. Las principales señales que alertan sobre la presencia de diabetes tipo 1 están asociadas a una elevada glicemia en la sangre, generada por la falta de insulina. De esta manera, sus síntomas habituales son orinar de manera muy frecuente, y tener mucha sed y hambre.

Tratamiento y apoyo

En cuanto a tratamientos, las personas con diabetes tipo 1 dependen principalmente de las inyecciones de insulina. Estas inyecciones requieren de un fuerte compromiso por parte de los pacientes, ya que en ellas se ven involucrados muchos factores.

“Quien tiene diabetes tipo 1 no solo debe inyectarse insulina, también debe aprender a medir su glicemia y decidir cuánta insulina y en qué momentos inyectarse. Debe saber que no debe inyectarse la misma cantidad si almorzó una ensalada o un alimento alto en grasas, como también que no necesita la misma dosis si estuvo descasando todo el día o si corrió una maratón. Estas microdecisiones son trascendentales para que el paciente esté correctamente controlado”, afirma el Dr. Grassi.

El desarrollo de mejores tecnologías en salud ha permitido que los pacientes con diabetes tipo 1 cuenten con dispositivos que los ayudan a tener un mejor control de su enfermedad. En ese sentido, la bomba de insulina hoy es una herramienta que está mejorando la calidad de vida de miles de pacientes en Chile, gracias a su incorporación en la Ley Ricarte Soto.

“La bomba de insulina es un dispositivo semiautomático que permite disminuir la cantidad de pinchazos que un diabético tipo 1 debe realizarse al día. Esto, gracias a un sistema de algoritmos que calculan la dosis de insulina necesaria, asegurando excelentes resultados desde el punto de vista glicémico”, explica el Dr. Grassi.

Marcelo González, director ejecutivo de la Fundación Mi Diabetes (https://www.midiabetes.cl) ­entidad dedicada a prestar ayudar a pacientes mediante publicación de noticias, talleres, relacionamiento con autoridades de salud, y apoyo directo­­­-, destaca que han existido muchos avances durante los últimos años para mejorar el acceso a tratamientos. Sin embargo, todavía quedan brechas muy relevantes de acortar: “La gran mayoría de los especialistas en diabetes están concentrados en Santiago, por lo que muchos pacientes de regiones, sobre todo de las más extremas geográficamente, no logran acceder a un tratamiento oportuno y de calidad”.

Por otro lado, González, quien padece diabetes tipo 1 desde 1986, ve urgente actualizar la canasta GES de esta patología, ya que la actual no incluye los últimos avances en fármacos y dispositivos para su tratamiento. “Las personas con diabetes se informan y ven que se han desarrollado nuevas tecnologías y remedios, y que en muchos casos no tienen cobertura GES, lo cual hace que terminen gastando enormes sumas de dinero para acceder a ellos”, apunta.

Es por todo lo anterior que la educación sobre diabetes tipo 1 cobra gran importancia. “Si las personas no son capaces de reconocer los síntomas, no podremos acceder a tiempo a los tratamientos para combatir la enfermedad, la cual, no debemos olvidar, puede tener consecuencias tremendas. Necesitamos más campañas educativas masivas, con acento en sintomatología, principales diferencias entre los tipos de diabetes y la forma más eficiente de acceder a tratamientos”, detalla González.