“La ballena”: la sinceridad duele

“La ballena”: la sinceridad duele

Por: Elizabeth Salazar T.

Desde su estreno en el pasado Festival de Venecia, habíamos escuchado muy buenos comentarios acerca de “La ballena”, de hecho, tras la proyección, recibió una ovación de pie durante seis minutos, dirigida especialmente a su protagonista Brendan Fraser.

Es una adaptación de la obra de teatro con el mismo nombre (2011) del dramaturgo Samuel D. Hunter, quien también es el guionista del film. La historia trata de Charlie (Brendan Fraser), un profesor en línea que se encuentra confinado en su casa tras haber aumentado de peso considerablemente. Su ex esposa Mary (Samantha Morton) y su hija Ellie (Sadie Sink), no tienen relación con él desde que las dejó, por lo que, Charlie vive solo. Entre sus amistades, esta Liz (Hong Chau), una enfermera que lo ayuda diariamente y en una ocasión, le pide que asista a un hospital debido a que su salud va empeorando, petición que Charlie niega rotundamente; paralelamente a este hecho, durante un día cualquiera, es visitado por un misionero, quien lo insta a buscar a Dios. Todos estos elementos a su haber, lo hacen reflexionar y provocan que quiera reconectar con su hija, antes de que sea demasiado tarde.

Desde la primera escena, esta película impacta. Creo que tiene varios momentos donde el aspecto de Charlie es impresionante, la primera vez que lo vemos de pie, las veces que está comiendo con una ansiedad incontrolable, cuando se ducha, por mencionar algunos, pero a pesar de que su físico y hábitos puedan parecer desagradables, de a poco vamos descubriendo la gran persona que es.

Una de las gracias que posee el director Darren Aronofsky, es la manera en que nos va presentando el personaje y junto a esto como se va desarrollando la trama, parece un rompecabezas en las que va encajando cada pieza correctamente. Todos los personajes que aparecen en torno a Charlie se deben a una razón, nada ni nadie está puesto al azar. Por otro lado, la forma en que realiza las tomas le dan un ambiente particular a historia, la música está bien utilizada, e incluso, hasta los silencios aportan en dar un estilo de narración al film.  

Esta película, significa el regreso del actor Brendan Fraser, quien nos entrega una tremenda actuación tras diez años lejos de la pantalla grande, que lo ha llevado a ser galardonado en otras premiaciones como el Critics Choice y a su vez, además tiene grandes posibilidades para quedarse con la estatuilla del Oscar. Sadie Sink como su hija adolescente, realiza una muy buena interpretación, a ratos la detestamos, pero después, la vamos comprendiendo y Hong Chau, realiza una actuación, es sentida y muy creíble.

La película aborda tantos temas, la relación de los padres con sus hijos tras una separación, la homosexualidad, la depresión, la religión, la obesidad, la empatía, la honestidad, entre otros. En un mundo donde se realiza un culto a la belleza y donde el aspecto físico es tan relevante a nivel social, este film llega a remecer y nos envía un mensaje potente sobre lo que realmente importa. Buenísima, para ver y reflexionar, no dejará indiferente a nadie.

Disponible en cines, con funciones de preestreno durante los días 16, 17, 18, 19, 23, 24, 25 y 26 de febrero.

Se estrena el 2 de marzo

Director: Darren Aronofsky

Duración: 117 Minutos

Distribuye: BF Distribution

Reseña publicada en: https://aquitedateamos.cl/

Categories: Críticas de cine