Por: Elizabeth Salazar T.
La entrega más reciente del director Sam Mendes, está basada en algunas experiencias de su madre, la novelista Valerie Helene Mendes. La película, se encuentra ambientada en los años 80, en plena era de Margaret Thatcher como primer ministro de Inglaterra, una época que se caracterizó por la intolerancia y el racismo en las calles.
La trama nos lleva al Cine Imperio, lugar ubicado en una ciudad costera, donde Hilary (Olivia Colman), ejerce como administradora hace años. Ella, constantemente lucha con sus problemas de salud mental. Un día cualquiera, llega a trabajar Stephen (Micheal Ward), un joven afrodescendiente con quien desarrolla una conexión especial.
Este film, nos muestra una historia potente, dos personas que se sienten marginadas por la sociedad, Hilary debido a que, es soltera y Stephen es discriminado por su color de piel. Ambos conectan por esta razón y encuentran apoyo mutuo, además, disfrutan de salidas y comparten su gusto por la música, por lo cual, con el paso del tiempo, se van convirtiendo en amigos, amantes y en el mejor consejero del otro.
Otro indiscutible protagonista es el cine, ya que, nos trae toda la nostalgia de las salas del cine de antaño, no sólo como locación, sino que, visibiliza los oficios que se realizaban en ese espacio, como el proyectista que debía cambiar la cinta, el empleado que cortaba el ticket al ingreso, las confiterías pequeñas e igualmente, nos trae todos esos recuerdos a quienes alcanzamos a asistir a esas salas con funciones rotativas en los ochenta. Es un largometraje con un genuino amor por el cine, de hecho, uno de los momentos más emotivos ocurre frente a la pantalla grande.
Las actuaciones están buenísimas, Olivia Colman, nuevamente nos brinda una excelente interpretación al ponerse en la piel de un personaje atormentado y vulnerable. Micheal Ward, también, efectúa una gran actuación, su personaje es tan amable y querible. Sumado a ellas, está Colin Firth como Donald, el dueño del cine, quien es abusivo y detestable, definitivamente Firth es un actorazo y Toby Jones es Norman, el proyectista, un personaje encantador. Por otro lado, la música es muy importante en el film, incluye canciones como “It’s Alright, Ma (I’m Only Bleeding)” de Bob Dylan, “The Wind” de Cat Stevens, “Love Will Tear Us Apart” de Joy Division y “Spellbound” de Siouxsie and the Banshees, estas dos últimas, son representantes de la escena gótica de los ochentas.
Se puede ver en el Cine el Biógrafo y de verdad que eso le da una mística muy especial, pues es uno de los cines clásicos de nuestro país, nos sentimos haciendo un viaje al pasado. Es una película imperdible para un cinéfilo, lo llenará de nostalgia y emoción.
Se estrena el 9 de marzo en Cine el Biógrafo.
Director: Sam Mendes
Duración: 135 Minutos
Distribuye: Cinecolor Films.
Reseña publicada en: https://aquitedateamos.cl/