Inserto en uno de los barrios más bohemios y cosmopolitas de Santiago, se encuentra el Hotel Cumbres de Lastarria, que constituye una excelente opción para quienes buscan un grato ambiente, rica gastronomía, son amantes de los vinos y de la belleza arquitectónica.
Por Paola Leyton
Hace poco tuvimos la oportunidad de pasar un fin de semana con mi marido y fue una gran experiencia. Desde la llegada al hotel, disfrutamos de la maravillosa fachada, que a pesar de ser muy moderna y que se percibe incluso como una gran escultura, encaja perfecto en el entorno, combinando figuras disruptivas con la arquitectura patrimonial del siglo pasado.
Llegando nos invitaron a probar un pisco sour de cortesía, ¡qué mejor!, un gesto que se agradece, cuando además es preparado en el momento y servido en un bar que fascina por su decoración y ambiente cálido, pero a la vez moderno. Tal como en el resto de las instalaciones, hay un juego permanente de contrastes en cada entorno, combinando la modernidad con la tradición y elegancia.
Luego de un paseo por el barrio, revisando el trabajo de artesanos y diseñadores independientes, volvimos al hotel para disfrutar de una degustación de vinos en el Catador Wine Barra, un espacio inaugurado hace un par de meses que te permite optar a una selecta colección de vinos.
La carta contiene 13 vinos sugeridos por el Sommelier, que van cambiando de manera regular, para que quienes van de manera permanente, puedan ir descubriendo siempre nuevas cepas. Los vinos se sirven por copas y pueden ir desde los $1.800 (copas de 75cc) hasta los $6.000 (copas de 150cc) para las cepas más selectas.
Nosotros optamos por la alternativa “Degustación por Vuelo”, que en copas de 75 cc ofrecen 3 cepas diferentes. Nuestra opción fue la trilogía ¡En el Nombre de los Padres! Y la acompañamos por una deliciosa tabla de charcutería, resultando el complemento perfecto para maridar los ricos vinos. En el menú para compartir, también encuentras opciones como croquetas de queso azul en crema de membrillo y galletas de ajo, tártaro de atún y ostras frescas con caviar de pepino y menta, entre otros exquisitos appettizers.
Y si prefieres una cena más contundente, en vez de un picoteo, está el restaurante Punto Ocho, cuya gastronomía lleva la firma de Claudio Úbeda, Chef Ejecutivo de los Hoteles Cumbres de Vitacura y Lastarria. En un ambiente ya más formal y con una linda vista hacia el centro de la ciudad, la carta ofrece cuidados platos inspirados en los productos de nuestra costa, campos y lugares del sur de Chile.
Encontrarás por ejemplo plateada al jugo con puré picante, merluza austral en costra de cochayuyo y guiso de mote con piñones; mosaico de salmón con puré de berenjenas o pollo ahumado con crema de cebollas al rescoldo, entre otros originales platos que hacen gala de una cocina de autor equilibrada y saborosa.
Y si de descanso se trata, las amplias y cómodas habitaciones ofrecen el ambiente ideal para un buen dormir y la terraza exterior del primer piso, también ofrece un cómodo espacio para relajarse leyendo un libro o saboreando una copita de vino.
El hotel tiene un gimnasio con máquinas y equipamiento deportivo para desarrollar una rutina de ejercicios básica y cuenta además con una habitación para sala de masajes, los que se coordinan en la recepción, pues las masajistas no son parte del staff, pero si avisas con anticipación, puedes coordinar una hora sin problemas.
Respecto al desayuno, nada qué decir, múltiples opciones para veganos, vegetarianos, para los tentados y los que gustan cuidar de su alimentación, con productos naturales y seleccionados.
Sin duda, una gran experiencia que vale la pena repetir, para disfrutar de estas cómodas instalaciones, como del entorno tan festivo y alegre que ofrece el barrio. Encuentra toda la información de este hotel boutique en https://www.cumbreslastarria.com/
