El reciente fallecimiento de Luis Larraín, deja en evidencia la trascendencia que tiene la labor que realiza la Corporación Renal Infantil MATER en la prevención y diagnóstico precoz de las enfermedades urológicas. Evitar la diálisis y posterior trasplante renal es el objetivo, porque una intervención de este tipo conlleva muchos efectos secundarios entre los que se encuentran la factibilidad de padecer algún tipo de cáncer.
El pasado 17 de noviembre Luis Larraín Stieb (42 años), cofundador de Fundación Iguales, se despidió de sus seguidores en redes sociales con un emotivo video que fue publicado por su hermano de forma póstuma con la siguiente frase: “Nos dejó un grande. Mi hermano Luis me pidió publicar este vídeo para dar un cierre a su #RutaDelCáncer y #RutaDelEnfermoCrónico”, en la prensa se habló que su fallecimiento se había debido a un cáncer de sangre y efectivamente esa fue la razón, pero no se explicó que el linfoma no Hodgkin que lo aquejaba había sido consecuencia de una enfermedad renal crónica que lo afectaba desde 2004 y por la cual había enfrentado trasplantes renales en 2010 y 2013.
Algo de lo que él mismo había hablado abiertamente en varias oportunidades, de hecho en una entrevista publicada en septiembre de este año por Diario Financiero al referirse de cómo enfrentaba el cáncer recordó sus anteriores problemas de salud: “Ya he pasado por tres años de diálisis y por dos trasplantes renales, así que esto (el cáncer) es como un paso más en ese camino. Sabía que tenía más probabilidad de tener cáncer por ser una persona trasplantada, porque tomamos inmunosupresores de por vida y eso nos hace más vulnerables a enfermedades”.
Antecedente médico que confirma el doctor José Manuel Escala, urólogo pediátrico y fundador de Corporación Renal Infantil MATER: “Cuando un paciente tiene una enfermedad renal crónica y tiene que trasplantarse, tiene que tomar medicamentos que son inmunosupresores, que bajan las defensas y se usan para evitar el rechazo del riñón. Pero se ha visto que las personas que toman estos medicamentos tienen más factibilidad de padecer algún tipo de cáncer o tumores”.
Lo que no es una preocupación menor, si consideramos que en Chile en este momento unas 20 mil personas se dializan, lo que para el médico “es una cifra enorme, muchos de esos adultos partieron desde niños con la enfermedad. Por eso es fundamental el diagnóstico precoz de patologías como una infección urinaria febril, que en los niños menores de 4 años pueden deberse a una malformación”. Las cuales al ser detectadas a tiempo pueden ser operadas y evitar que los niños lleguen a padecer una enfermedad renal crónica.
Y es precisamente ahí donde la Corporación Renal Infantil MATER juega un rol esencial, pues la organización sin fines de lucro lleva dos décadas dedicada a prevenir el daño renal y urológico en niños y adolescentes de escasos recursos. Es la única institución del país especializada en la prevención infantil y trabaja en facilitar el acceso a exámenes, cirugías y ayuda social para evitar que los pequeños lleguen a diálisis o trasplante por falta de recursos.
La labor que realizan es invaluable, pues todas las acciones preventivas en las que se enfocan para prevenir la enfermedad renal crónica, así al año realiza más de 14.000 atenciones en su Centro de Diagnóstico y 350 cirugías tanto en Santiago como en regiones. En su Casa de Acogida ubicada en la comuna de San Miguel, reciben a pacientes pediátricos de regiones que deben viajar a la capital por motivos de salud, pero no cuentan con recursos para costear su alojamiento; prestando anualmente 2.500 estadías para los niños y sus familias.
Hoy se preparan para reducir, incluso, eliminar las listas de espera el 2024. Gracias a los operativos quirúrgicos regionales “hemos abierto una ventana para terminar con los pacientes no auge que están en las listas de espera, que no tienen ninguna prioridad y se van quedando rezagados, ya que muchos de ellos presentan problemas renales o urológicos posteriores cuando no son atendidos a tiempo”, concluye el Dr. Escala.