En el marco de la conmemoración de un nuevo Día Internacional de la Mujer conversamos con la campeona de natación en aguas gélidas, quien nos recordó la importancia de no buscar ser perfectas, de validar nuestras emociones y de sostenernos entre nosotras. Acá las palabras de una mujer que se ha transformado en referente.
Por Rebeca Ubilla M.
Hablar de Bárbara Hernández, la “Sirena del Hielo”, no es hablar de cualquier deportista, con una historia de esfuerzo y tesón ella ha sabido de dificultades, pero ese espíritu es el que la ha llevado a conseguir grandes logros como coronarse campeona de natación en aguas gélidas.
Cuando habla de su camino, recuerda las levantadas temprano para entrenar, la compañía permanente de sus padres, el aliento de la tía del camarín cuando no mejoraba sus tiempos, o cuando se sumerge al agua en un mar lleno de animales que no dejan de ser peligrosos.
Pero ella, con la fuerza que la caracteriza no ha claudicado y hoy se ha transformado en referente para niñas, jóvenes y adultas a quienes sus logros y palabras inspiran. Dentro de sus consejos se cuentan afirmaciones como: “el fracaso es parte del camino”, “no hay que tenerle miedo al miedo”, y “tienes que saber que no estás sola”.
Hoy Bárbara es parte del Libro “Reflexiones Genias”, que Genias acaba de lanzar en el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer. Por esto, quisimos conversar con ella de esta importante fecha.
-¿Cuáles son los principales desafíos que enfrentamos las mujeres de hoy?
-Creo que todos los lineamientos concretos como disminuir las brechas de género, buscar la igualdad de oportunidades son desafíos super importantes, pero si tuviera que decirle algo a las mujeres ahora es que también nos demos cuenta de que no tenemos que ser perfectas.
Hemos tenido tanta presión histórica de que tenemos que hacer todo perfecto, sin un margen para equivocarnos, teniendo que demostrar todo el rato lo que somos capaces de hacer. Además de ganar y apropiarnos de esos espacios que por mucho tiempo no hemos tenido acceso, creo que tenemos que darnos cuenta que no tenemos que ser perfectas, tenemos que disfrutar el camino, los espacios los vamos a seguir abriendo, pero sin perder ese corazón y esa autenticidad que realmente nos hace únicas y que va mucho más allá de logros concretos o reconocimientos del resto.
También debemos enfocarnos mucho en la comunidad, en poder sostenernos a nosotras mismas y sostener a otras mujeres. Debemos acompañarnos y visibilizar todo lo que ocurre y todos los cambios que queremos, pero también desde una perspectiva que implique reconocer las emociones. Esto, porque nos han enseñado todo el rato que sentir está mal, que nuestra vulnerabilidad es algo malo, cuando lo cierto es que nuestra vulnerabilidad es lo que nos hace super poderosas.
-¿Cómo ves a las jóvenes de hoy?
-Las veo más empoderadas, capaces de mostrar en sus redes sociales el tipo de relaciones afectivas que quieren tener en su vida, sus sueños y metas. Destaco el que puedan tener otras mujeres como referentes, porque por muchos años, por ejemplo yo en el ámbito del deporte, no tenía otra nadadora que se dedicara a esto y ante lo que yo dijera: tal vez si hago este camino va a ser más fácil.
Es bonito que ahora las niñas y adolescentes se den cuenta de que pueden vivir de su pasión, de un camino muy poco tradicional.
-En lo personal, ¿Quiénes son tus referentes en tu camino deportivo y de la vida?
-Obviamente admiro a todas las mujeres deportistas, soy gran amiga de Kristel Köbrich (nadadora) que también es una mujer pionera. Pero creo que mis referentes son mi mamá, mi abuela, la señora Cristina Calderón, última mujer Yagán que manejaba el idioma, la tía del camarín… ellas son las que me muestran la importancia de amar a tu familia, de atreverte, de empezar de nuevo, de arriesgar, de sostener a la familia con muchos menos recursos de los que tenemos las mujeres hoy, en que tenemos más acceso a la educación, hay una posibilidad de estudiar gratuitamente, que son cosas que todas estas mujeres no tuvieron.
Esos son mis referentes, mujeres “power” que no tienen que ser la CEO de nada, sino que son absolutamente empoderadas, creen en sí mismas y han sido capaces de sostenerse en los momentos más dolorosos.