La palabra “dieta” se ha trasformado en sinónimo de diversas restricciones, lo que la llevado a distorsionar su real significado del griego diaita, que dice relación a un estilo y conducta de vida saludable y no a establecer planes de alimentación que, en muchos casos, pueden traer múltiples consecuencias para la salud.

Comienza el calor y el ideario de las vacaciones invade nuestra mente. Lamentablemente, para muchos, esta imagen viene acompañada de sentimientos de culpa y vergüenza. Y es que pensar en ponerse un traje de baño complica a varios debido a la presión tanto social como autoimpuesta del “cuerpo perfecto”. Esto lleva a que la gente recurra a las dietas milagro o exprés en búsqueda de una baja de peso rápida para sentirse bien con menos ropa.

Según explica Oscar Barrera Marengo, médico cirujano, con posgrado en nutrición y chef profesional, “lo primero que hay que dejar en claro es que el cuerpo de revista dista mucho de lo que se considera uno saludable”. Según aclara el profesional, “los primeros usualmente son tonificados, bajos en grasa, productos de entrenamientos y alimentación cuidadamente planificados y, muchas veces, gracias al uso de fármacos hormonales. Claramente, esto no es algo que pueda o deba seguir el 99% de la población”.

Para Barrera Marengo, el hecho de verse armonioso -según cánones occidentales modernos- no significa salud. Por el contrario, “detrás de esa figura muchas veces se esconden trastornos difíciles de pesquisar en la práctica clínica. Salud no es sinónimo sine qua non de menos peso, así como tampoco podemos sacar conclusiones por solo ver cómo luce alguien”.

Dentro de las herramientas que la población más utiliza con el propósito de la baja de peso están las dietas extremas: las que prometen una disminución de peso significativa en pocas semanas gracias a un esfuerzo mancomunal de prohibición alimentaria. “Sus consecuencias negativas son varias y destaca el hecho de que se tratan de pautas de alimentación prohibitivas y desbalanceadas que pueden llevar a desnutriciones de distintos tipos”, enfatiza Oscar Barrera Marengo, quien añade que “la baja rápida muy frecuentemente se sigue de un alza de peso significativo, incluso llegando a un peso mayor que el inicial, lo que se conoce como el “efecto rebote”. Esto ya que se genera una ansiedad por comer debido al periodo de alimentación insuficiente, así como también por una reacción del cuerpo de acumular grasa debido al periodo restrictivo bajo el que se le puso. Y, no se puede dejar de lado el hecho de que llevar a cabo estas dietas aumenta el riesgo de desarrollar un trastorno de la conducta alimentaria más permanente y de difícil manejo”.

Entonces, ¿qué hacer? ¿Es que todos estos años de consejos de dietas en los matinales han sido solo mentiras? Para el profesional, conocido ya en el ámbito gastronómico y de la salud como Doctor Chef, “lo más importante es hacer entender a las personas que no tienen que poner en juicio su valor humano por cómo es su cuerpo. No tendríamos por qué preocuparnos con ponernos un traje de baño porque se me vea un rollito de más. Lo ideal sería que todos nos sintiéramos cómodos sin miedo al enjuiciamiento social”.

En lo que respecta a la salud, Barrera Marengo es claro: “lo que hay que hacer es adoptar un estilo de vida saludable que me permita, valga de redundancia, estar sano”. Dentro de estas recomendaciones, que se engloban dentro del término de “medicina de estilo de vida”, destacan realizar actividad física regular, tener una alimentación variada y suficiente, no fumar, entre otras. Lo que nos permitirán será lograr buenos indicadores de salud de manera sostenida en el tiempo, pudiendo disfrutar y quitándonos la culpa que la sociedad impone ya que sabemos que estamos haciendo lo mejor por nosotros.

Finalmente, el profesional invita a las personas a “no andar reboteando preocupados por llegar al verano, si no que pongamos el énfasis en ser sanos, disfrutado de la vida con los placeres que nos ofrece y sin las culpas que buscan imponer los medios y la sociedad”.