Tras las llegada de los talibanes al poder de Afganistán la amenaza a las mujeres de ese país es latente, dado a las múltiples restricciones y humillaciones que les impone el grupo radical islámico. Ante esto ya muchas han cambiado su atuendo por la burka y las principales activistas han debido esconderse. Una realidad que no nos puede dejar indiferente.
Por Rebeca Ubilla M
Desesperanzadas y muy atemorizadas se encuentran hoy las mujeres afganas, luego de que los talibanes tomaran el poder de su capital Kabul y el presidente saliera del país.
Esto pese a que este martes los talibanes hayan prometido que respetarán los derechos de las mujeres, que podrán trabajar y estudiar si lo desean, pero siempre y cuando lo hagan “dentro de la Ley Islámica”.
Y ahí está el punto, en cómo interpretarán la normativa, porque lo que sabemos hasta ahora es que los talibanes imponen cruentas prohibiciones, abusos y humillaciones a las mujeres.
De qué hablamos? del uso del burka (atuendo que cubre todo su cuerpo), la prohibición del trabajo de las mujeres fuera de su casa, sólo pueden salir acompañadas de un pariente, la prohibición de estudiar en escuelas, universidades etc, la imposibilidad de usar maquillaje, el permiso de azotes públicos y la prohibición de ser fotografiadas, entre otros.
Las mujeres y niñas son vistas como “premios” que son otorgados a los vencedores insurgentes de distintas guerras internas en Afganistán y las familias no pueden oponerse a entregar a sus hijas, hermanas o familiares.
De hecho, según relata la BBC, muchas chicas ya han debido cambiar su atuendo y han vuelto a usar el burka cuando salen de casa y se han visto acompañadas de un hombre, como lo dispone la Ley Islámica. También se han comenzado a tapar afiches de moda y otros.
El medio publica que una joven -que prefirió no identificarse- describió la ciudad como “silenciosa”. El talibán gobierna la ciudad y todos están en casa, le dijo a la BBC.
“Tenía muchos planes para mi futuro, pero ahora no puedo ir al trabajo ni a la universidad”, agregó. “No sé cómo será nuestro futuro. Esto me ha hecho perder la esperanza. Estoy buscando una manera de salir de Afganistán porque no hay esperanza para las mujeres”.
Mahbouba Seraj, una activista por los derechos de las mujeres y los niños en Kabul le dijo a la BBC que no le servía a nadie si todas las mujeres abandonaban el país y agregó que está dispuesta a dialogar y trabajar con el Talibán.
“Si las mujeres de Afganistán, las que están involucradas y hemos estado trabajando, pudiéramos sentarnos en una mesa y hablar con estas personas, podrían ser inteligentes y conocer los recursos que tienen en las mujeres de Afganistán”, afirmó. “Porque antes de esto, antes del Talibán, ni el mundo ni nuestra propia república vio realmente la fuerza de la mujer afgana”.
Las activistas piden protección
La conocida periodista y defensora de los derechos de la mujer Humira Saqib, señaló a El País que “los talibanes han empezado a ir casa por casa buscando a las mujeres activistas”. A sus 41 años recuerda con nitidez las humillaciones a las que los extremistas sometieron a las afganas durante su dictadura (1996-2001). Su denuncia contrasta con los mensajes de tranquilidad que emiten los portavoces talibanes. No se fía. Como muchas otras mujeres, ha optado por esconderse.
A través del medio español, Saqib, pide al resto de los países que “trabajen para salvar las vidas de las activistas, las defensoras de los derechos humanos y las periodistas”. Desde su escondite en algún lugar de Kabul también defiende que “no se echen a perder 20 años de avances y se dé a la gente una garantía internacional de que protegerá su vida”.