Hoy más que nunca conviene llevar una dieta equilibrada para tener mejores defensas y enfrentar cualquier enfermedad o virus que se aproxime con el invierno. Revisa aquí algunas recomendaciones.
Muchas veces nos topamos con publicidad sobre alimentos que se promueven como “sanos”, como si de una píldora mágica se tratara. Sin embargo, más allá de sobrecargar el carro de compras con estos productos, lo importante es llevar una dieta variada. “No hay alimentos específicos que aseguren la protección inmunológica, son los componentes de los alimentos los que fortalecen el sistema inmune, no los alimentos en sí. Por eso es importante preocuparse de llevar una dieta variada, escogiendo diferentes colores de frutas y verduras. Esta diversidad es la que aportará distintas vitaminas y minerales”, explica Amaru Latorre, nutricionista de OK to Shop. La profesional agrega que, “una persona con buena nutrición contará con mejores defensas para enfrentar cualquier enfermedad, en comparación con una mal nutrida”.
Además, aconseja que la constancia es fundamental para obtener los beneficios que ofrecen los nutrientes de determinados alimentos. “Por ejemplo, muchas personas creen que, si están resfriadas, la vitamina C les ayudará a combatir la enfermedad, pero esto pasa si la vitamina se consume de forma regular y antes de contraer el resfrío. Es la constancia y la prevención lo que permite al cuerpo responder de forma eficiente”, sostiene Latorre.
Luego de tener clara estas consideraciones, compartimos esta guía preparada por la profesional, que explica cuál es la función que tienen algunos nutrientes en el sistema inmune y por qué deberías consumirlos regularmente.
-La vitamina C cumple un rol fundamental de mantenimiento de las mucosas mediante la formación de colágeno. Las mucosas son la primera barrera de acción contra los patógenos, impidiendo que el virus ingrese directamente al sistema. Se encuentra en frutos cítricos como la naranja, el limón y el pomelo.
-La vitamina A actúa en conjunto con la vitamina C, ayudando a mantener las barreras naturales contra las infecciones. Algunas fuentes de vitamina A son las frutas de color naranja y amarillo, así como productos de origen animal, como carnes y lácteos.
-El zinc es un modelador genético que ayuda a que la producción de células sea más rápida. Por ejemplo, el zinc puede aportar a una mejor cicatrización, pues incide en todo el proceso celular. También tiene efectos sobre cómo los anticuerpos responden cada vez que se enfrentan a un patógeno. El zinc se encuentra en carnes rojas y blancas, avellanas y almendras, queso y avena, entre otros.
-Los probióticos modulan el sistema inmune: sintetizan sustancias que ayudan a mantenerlo en condiciones óptimas y lo activan, estimulando la producción de anticuerpos. El yogur y alimentos fermentados como el chucrut natural, el kéfir y la kombucha son fuentes de probióticos.
-Los antioxidantes capturan y neutralizan los radicales libres, que son sustancias capaces de dañar las células y el ADN. El licopeno es un antioxidante que se encuentra en el tomate, mientras que las antocianinas están en los frutos rojos.