• El dolor crónico no oncológico, es decir, el dolor que está presente por más de tres meses y es benigno, es un síntoma central en tres enfermedades psicosomáticas: cefaleas, fibromialgia y lumbago crónico inespecífico. Los remedios a veces son insuficientes para tratarlas, por lo que se requiere que los pacientes consulten a psicólogos especialistas para aprender a manejar este tipo de dolencias.

 

Comienzas a sentir un dolor frecuente en una o varias partes de tu cuerpo. Quizás tienes jaquecas constantes, te duelen los músculos o tienes malestar estomacal mucho más seguido que el resto de las personas. Probablemente has ido a uno o varios médicos, te has hecho exámenes, pero todos los índices salen bien. Si es así, es posible que tengas una enfermedad psicosomática.

“La enfermedad psicosomática es una enfermedad real que debe tener diagnóstico y tratamiento médico, pero que en su base existe un conflicto psicológico que no se ha resuelto a nivel emocional, por lo que se trata de resolver en el cuerpo de manera inconsciente. El factor psicológico está presente en el origen, desarrollo y pronóstico de la enfermedad, de ahí la necesidad de incluir en el tratamiento no sólo la medicina tradicional, sino también tratarlo desde lo psicológico”, explica la docente de la carrera de Psicología de la Universidad del Pacífico, Alejandra Rodríguez.

Este tipo de enfermedades son más frecuentes de lo que se piensa. De hecho, según la Clínica de la Ansiedad ubicada en España, una cuarta parte de las personas que acude al médico de atención primaria presenta enfermedades psicosomáticas.

¿Qué hace que aparezca una enfermedad psicosomática? “En la aparición de una enfermedad psicosomática existe una relación directa con el estrés. Lo central que se puede observar en los pacientes que sufren de esto es su dificultad de manejar el estrés. Es importante entender que, ya que es imposible vivir sin estrés, lo relevante es aprender a lidiar y a equilibrar las cargas del diario vivir. El problema es que estos pacientes presentan rasgos de personalidad que los hacen sobrecargarse y además no verbalizar sus emociones, lo que produce una descarga al final hacia ellos mismos, enfermando un órgano o zona corporal. Se guardan los problemas y al final terminan enfermándose”, asegura Rodríguez, quien es directora del Centro del Dolor de Chile.

Por lo mismo, la académica de la U. del Pacífico explica que las enfermedades psicosomáticas se pueden presentar más fácilmente en personas que no controlan el estrés, que no verbalizan sus emociones y que se exigen demasiado.

“Múltiples autores han estudiado la personalidad a la base y David Liberman, psicoanalista argentino, en 1959 acuñó el término ‘Personalidad Sobreadaptada’ para describir la personalidad característica de estas personas que padecen una enfermedad psicosomática. Sus características principales son, primero, la disociación mente y cuerpo, lo que se traduce en que son incapaces de elaborar las emociones en lo mental directamente y, por ello, lo hacen en el cuerpo, produciendo el ‘misterioso salto de lo mental a lo somático’. Luego, la alexitimia, es decir, la dificultad para verbalizar las emociones, por lo que estas personas no descargan la energía de las emociones, ni por la vía verbal ni conductual, y terminan descargándolo en el área somática. Y la sobreexigencia, ya que estas personas presentan una dificultad para poner límites, son poco asertivas y están pendientes de los otros más que de ellas, entre otros rasgos”, describe la Magíster en Psicología Clínica.

 Prevenir

Según la especialista de la U. del Pacífico, el tratamiento de una enfermedad psicosomática debe complementar la medicina tradicional con el aspecto psicológico, ya que allí es donde está el origen del malestar. “El dolor crónico no oncológico, es decir, el dolor que está presente por más de tres meses y es beningo, es un síntoma central en la gran mayoría de las enfermedades psicosomáticas. Los analgésicos a veces son insuficientes y es necesario que los pacientes consulten a psicólogos especialistas en dolor crónico no oncológico para aprender técnicas y ponerlas en práctica. Existen múltiples técnicas psicológicas que ayudan y son eficaces para el manejo del dolor crónico, como la relajación, la respiración y la meditación”, indica.

Para Alejandra Rodríguez es importante la expresión de la emoción. “Hay que enseñarles a los niños a expresar sus emociones y no suprimirlas. Hoy en día tenemos un afán de modular, pero lo que hacemos en el fondo es suprimir, lo que es un error. No se debe suprimir la expresión de la emoción y calificarla de buena o mala, sino enseñar a manejarla y a autorregularse”, sugiere.

Finalmente, la docente de la carrera de Psicología de la Universidad del Pacífico y Directora del Centro del Dolor de Chile, entrega una serie de consejos para prevenir la aparición de una enfermedad psicosomática donde está presente el dolor crónico:

 

  • Habla de lo que sientes: La emoción se debe descargar por la vía oral o conductual. En los pacientes alexitímicos esa vía verbal está bloqueada. Al decir lo que sentimos desbloqueamos esa vía y de esa manera la energía de la emoción tiene más vías de descarga, y no solo una como la somática.
  • Aprende a ser asertivo: Pon límites interpersonales, aprende a decir que no.
  • Realiza una actividad corporal: Así aprendes a escuchar tu cuerpo.
  • Elabora experiencias traumáticas del pasado: Está comprobado científicamente que existe una relación entre trauma y dolor