El estrés y los trastornos del sueño han hecho que las mujeres hayan aumentado considerablemente las visitas a especialistas en los últimos años.
El bruxismo es una patología muy común, pero no siempre es bien diagnosticada y tratada por los especialistas indicados. Consiste en el hábito inconsciente de apretar y rechinar los dientes, que puede generar disfunciones en la articulación de la mandíbula.
Producto del estrés y los trastornos del sueño, las consultas han aumentado considerablemente en los últimos años, especialmente en mujeres, quienes han comenzado a asumir roles cada vez más competitivos.
El desgaste de los dientes, la cefalea, el dolor muscular de cabeza y cuello, los ruidos de la articulación de la mandíbula o la imposibilidad de abrir la boca son sólo algunos de los signos y síntomas del bruxismo, señala Magdalena Lobato, odontóloga, especialista en oclusión, quien también advierte sobre los dolores al masticar, algunos mareos, zumbidos de oído y problemas auditivos.
Las causas de esta patología están ligadas a los hábitos de vida. “Lo normal es que la gente muerda entre 10 y 60 minutos cada 24 horas. Pero el ritmo de vida actual ha modificada este patrón. Algunos estudios señalan que en la década del ’90, las personas pasaban entre 4 y 6 horas al día apretando sus dientes. Pero hoy esa presión se eleva entre 10 y 14 horas. Además, de acuerdo a las últimas estimaciones, cerca del 60% población chilena estaría presentando esta patología”.
La desventaja de la mujer en este terreno, según la especialista, tiene una explicación de índole endocrina. “Los estrógenos femeninos se asocian a una hiperlaxitud de los ligamentos lo que puede conllevar a una disfunción de la articulación.
Existen también otras diferencias entre el género masculino y femenino. En ellas, la acción de apretar y rechinar los dientes se da principalmente de día, mientras que la tensión mandibular en los hombres se da más por la noche.
Estrés, trastornos del sueño y mala postura
El bruxismo puede tener múltiples orígenes, pero los trastornos de sueño y el estrés son los principales. “Muchos pacientes tienen un sueño superficial, no descansan y están tensos durante el día”, destaca la especialista.
Otra causa pueden ser los conflictos emocionales. El estrés libera una hormona llamada adrenalina y cortisol que altera la respiración, la mucosa gástrica (gastritis) y produce una contracción muscular.
La mala postura es un factor predisponente. Esto puede derivar en edemas (retención de líquido). “El edema genera una presión hidráulica que es más fuerte que una presión física, entonces todos estos movimientos articulares se van deteriorando”, explica la doctora.
Tratamientos
El tratamiento del bruxismo es paliativo y se realiza para prevenir el desgaste excesivo de los dientes, evitar dolores musculares y alteraciones articulares.
Si bien existen medicamentos que deben ser recetados por un neurólogo que pudiesen actuar a nivel del sistema nervioso central, relajantes musculares y inyecciones de toxina botulínica en la musculatura masticatoria que inhiben temporalmente el bruxismo, el tratamiento más frecuente para el bruxismo es el uso de un plano de relajación, que se usan para proteger las estructuras que pudieran verse afectadas.
