Por: Elizabeth Salazar T.

Basada en uno de los musicales más exitosos en Broadway y adaptada por sus creadores Winnie Holzman y Stephen Schwartz, llega la primera parte de “Wicked”, que narra la historia de Elphaba Tropp (Cynthia Erivo) y Galinda (Ariana Grande), quienes ingresan a la Universidad de Shiz, para convertirse en hechiceras. Ellas son diametralmente opuestas, mientras que, Galinda es rubia y popular, Elphaba es verde y poco amistosa, no obstante, tras un incidente deben compartir habitación, lo que les dará una oportunidad para conocerse.

Esta es la historia de la bruja del oeste del “Mago de Oz” antes de que se convirtiera en aquel temido y odiado personaje. En su juventud, Elphaba es una chica que siente que no pertenece a ningún lado, desde pequeña ha sido discriminada por su color de piel, por lo que, no tiene amigos e inclusive, hasta su familia –en especial su padre-  la ha rechazado. Su vida da un giro al llegar a la Universidad de Shiz, cuando Madame Morrible (Michelle Yeoh),  logra ver su talento en la magia, algo que ni la propia Elphaba nota. El aprender a controlar y utilizar sus poderes y conocer al famoso y poderoso Mago de Oz, quien le podría conceder un deseo de su corazón, se convierten en sus principales motivaciones para quedarse en este lugar.

Este musical, se presenta como si fuera un cuento y como tal tiene un príncipe: Fiyero (Jonathan Bailey), quien al igual que Galinda, logra captar la atención de todos en cuanto llega a la Universidad de Shiz, pero siempre hay excepciones.

Es un film que nos habla sobre aceptarnos a nosotros mismos, así también, de abrazar la diversidad que nos rodea, puesto que, todos somos distintos físicamente y tenemos experiencias que nos van forjando nuestro propio pensar y actuar individual. En este sentido, la inclusión es un aspecto fundamental que se manifiesta a medida que avanza la trama, donde se ven personajes con variados tonos de piel y cuerpos interactuando entre sí, de manera que, no están definidos por lo que se observa a primera vista. Estos hechos no solo se vislumbran delante de la pantalla, sino que, dentro del elenco se ha incorporado a actores y actrices que representan esta diversidad, de hecho, la intérprete de Nessarose (Marissa Edob), en la vida real utiliza una silla de ruedas, debido a que, a los 11 años quedó discapacitada a raíz de un accidente automovilístico. Este es un hecho que marca un precedente sobre la representación de personas en situación de discapacidad en la industria cinematográfica.

Esta película tiene muchos mensajes positivos para dar: la comprensión, la empatía, el apoyar a los demás, sentirse entendido y a pesar de tener mucho humor y de igual manera, logra emocionar en algunas escenas. Es hermoso ver el nacimiento de una amistad -bastante improbable- entre Elphaba y Galinda o Glinda (como se hace llamar posteriormente).

Con una escenografía impresionante, colorida, excelentes coreografías y con las canciones del musical original, este film logra impactar. El vestuario es hermoso, estoy segura que estará nominado en esta categoría en los premios Oscar.  Además, tiene un elenco muy bien escogido, sus protagonistas realizan una excelente interpretación, mientras Cynthia Erivo encarna un rol más dramático, Ariana Grande es más cómica en su personaje. Sumado a ellas, Michelle Yeoh, esta  extraordinaria y Jonathan Bayle, es un príncipe que les sacará más de una carcajada.

El verde y el rosa se llevan muy bien, eso nos queda muy claro en esta entrega, un mensaje que invita a aceptar y querer a las personas independiente de sus diferencias. Este musical les brindará un muy buen rato, pero también, los hará emocionarse. Vayan a verla, es una feel good movie, sí de esas que hacen bien y que tanto necesitamos.

Se estrena el 20 de noviembre, en cines.

Director: Jon M. Chu

Duración: 160 minutos

Distribuye: Andes Films