Después de casi tres meses de vacaciones, el desafío es adecuar rutinas, ajustar horarios y reencantar a los niños con la dinámica escolar. Ximena Verdugo, pediatra de Clínica Bupa Santiago, entrega una serie de recomendaciones para hacer más fácil este proceso.
Durante el verano, época en que los niños pasan mayor tiempo en familia, juegan y descansan, es habitual que los tiempos se flexibilicen y las rutinas del año se diluyan. Pero a días de entrar a clases y retomar la rutina, se hace necesario ir tomando ciertas medidas para que este cambio sea más llevadero. Ximena Verdugo, pediatra de Clínica Bupa Santiago, entrega 10 consejos.
“Considerando que puede ser difícil retomar la vida escolar, sobre todo para los más pequeños y para quienes asistirán por primera vez, es bueno ir haciendo ciertos ajustes, que solo requieren organización. En el proceso es fundamental que los niños se sientan involucrados, para avanzar en su autonomía y responsabilidad”, dice la especialista.
10 consejos para retomar la rutina en marzo
- Retomar horarios: desde 1 o 2 semanas previas; acostarse media hora antes para levantarse cada día más temprano. Ir adecuando horarios de comidas a los que tenían antes.
- Cuidar la higiene del sueño: Se recomienda suspender las pantallas 2 horas antes de acostarse, planificar la ducha de la noche, leer un libro o contar un cuento para preparar el ambiente adecuado para conciliar el sueño, que debe ser entre 10 y 12 horas para niños pequeños, y entre 8 a 10 para los más grandes. Asegurar horas adecuadas de sueño evitará cansancio y desconcentración, factor muy importante, sobre todo, para la primera semana.
- Darse el tiempo para un desayuno nutritivo. Es una buena costumbre para enfrentar el día con energía, evitar náuseas matutinas (comunes en niños que nunca desayunan) y tener mejor desempeño. Si no es posible, asegurarse de que tome una colación en el primer recreo para evitar que ayune hasta el almuerzo.
- Conversar sobre la vuelta a clases: otra buena idea es recordar los juegos con los amigos y amigas en los recreos. Pensar en los compañeros de curso que volverá a ver o que conocerá y tal vez planificar alguna invitación a la casa, de modo que relacione el ingreso a clases con algo positivo.
- Verbalizar emociones: Es importante entender el significado que tiene para los niños ingresar o reingresar a clases. Se recomienda conversar con ellos receptivamente, escucharlos, plantearles alternativas, ayudarlos a comprender sus emociones y gestionarlas de manera inteligente.
- Involucrar a los niños en algunas compras: hacerlos partícipes de compras que los motiven, como lápices, estuche, mochila, ropa o lo que les entusiasme compartir con sus amigos o amigas.
- Reconocimiento del lugar: sobre todo en el caso de los más pequeños, llevarlos al colegio antes de iniciar las clases; ver brevemente cómo está o saber cómo es el establecimiento, si no lo conoce ayudará a bajar la ansiedad.
- Ritual del día previo: organizar el uniforme, mochila y colaciones en conjunto para hacer concreta la idea del inicio de clases. Dejar todo listo el día anterior evitará pasar apuros en la mañana y permitirá llegar con calma y tiempo (idealmente unos 20 minutos antes para el primer día).
- Despedida segura: desearle que lo pase bien, aclararle que lo van a ir a buscar al final de la jornada, estar tranquilos y darle un abrazo. Algunos niños lloran; lo mejor es no alargar el momento, mantenerse en calma para no transmitir ideas de inseguridad.
- Tranquilidad en el primer día de clases: El primer día de clases es un hito en la vida, tanto del niño como de los padres, quienes también pueden sentir inquietud o angustia. Es importante transmitirles tranquilidad y confianza, para que no se angustien ni visualicen el ingreso a clases como una situación difícil e indeseable.
“De cualquier forma, aunque no hay recetas infalibles, vale la pena planificar la vuelta a clases. La manera de hacerlo puede resultar determinante en la percepción que niños y niñas tienen de ir al colegio”, sostiene la pediatra de Clínica Bupa Santiago.