La tecnología ha ido evolucionando rápidamente, si bien su uso tiene grandes beneficios, también hay que informarse de las repercusiones que conlleva la sobreexposición a las pantallas, especialmente en los niños y niñas.
Los niños y niñas de hoy han nacido de la mano de dispositivos como celulares, computadores, tablets, consolas, etc. Por ende, aprenden muy rápido su funcionamiento, sin embargo, esto no significa que sepan cómo utilizarlo de la mejor manera, ni cómo cuidarse de posibles riesgos asociados a un mal uso.
Muchas veces las pantallas se convierten en un gran aliado para los padres, madres y cuidadores cuando están en etapa de crianza de niños, niñas y adolescentes y que además, deben realizar miles de tareas en distintos ámbitos por lo que “dejarles frente” a un dispositivo resulta muy tentador.
La Organización Mundial de la Salud recomienda que los niños y niñas de 0 a 2 años no se expongan en ningún caso a pantallas; entre 2 y 5 años que la exposición sea máximo por una hora diaria; y que a partir de los 5 años, su uso sea un máximo de dos horas al día e idealmente menos. En relación al uso de redes sociales, plantean que no son recomendables, sino hasta la adolescencia.
Efectos de la exposición a las pantallas desde la primera infancia:
- Antes de los dos años: los niños y niñas necesitan la estimulación por parte de sus cuidadores para desplegar su potencial, ya que el área del cerebro encargada de decodificar y comprender las interacciones sociales, desarrollar la capacidad de empatía, entender señales no verbales, etc, es el lóbulo frontal y su desarrollo depende de las interacciones que el niño y niña tenga con otras personas. Si durante estos años, pasa mucho tiempo delante de pantallas y personas virtuales, puede verse disminuida la adquisición de dichas habilidades. Unido a esto, la falta de interacción con otras personas y la poca exploración del mundo externo pueden perjudicar el desarrollo del lenguaje, provocar dificultades de sueño, comportamientos agresivos, entre otros.
- Después de los cinco años: se debe estar muy atento al uso que los niños y niñas hacen de las tecnologías, ya que, se sabe que la exposición excesiva a las pantallas, especialmente a los videojuegos, puede provocar que el cerebro libere, de manera exagerada, una sustancia llamada dopamina, que produce placer y la necesidad de repetir muchas veces esa actividad. Por esto, si los niños y niñas pasan mucho tiempo frente a las pantallas, corren el riesgo de desarrollar dependencia al placer producido por estas, dejando de disfrutar de otras experiencias que entregan también dopamina, como son el jugar, estar con amistades, reír, hacer deporte, etc.
Por último, estar mucho tiempo delante de las pantallas hace que los niños lleven una vida más sedentaria y dediquen poco tiempo a trepar, correr, saltar y jugar al aire libre, lo que puede llevarles tener sobrepeso u obesidad lo que es muy perjudicial para su desarrollo.
Además, por medio de la televisión, internet, videojuegos o redes sociales los niños y niñas pueden acceder a contenidos inadecuados para su edad, tales como violencia, pornografía, desafíos riesgosos en YouTube, videojuegos, etc.
No cabe duda que el uso de tecnologías entrega múltiples ventajas y oportunidades. Permite estar informado de lo que ocurre en el resto del planeta en forma casi inmediata, ayuda a ser más eficientes en tareas tanto domésticas como laborales, facilita la comunicación y con ello aumentan las formas de relacionarse con otras personas. Además, el mundo digital entrega múltiples opciones de entretenimiento, dando la posibilidad de conocer virtualmente otros lugares y realidades y provee numerosas oportunidades de aprendizaje. Todo esto fue evidenciado claramente durante el confinamiento provocado por la pandemia del Covid-19. No obstante lo anterior, como toda herramienta es necesario aprender y enseñar a usarla.
Recomendaciones para aprovechar los beneficios de las tecnologías para los niños y niñas:
1. Promover momentos amorosos y de disfrute familiar “libres de tecnologías”, como el desayuno, almuerzo, once y cena; durante el estudio, reuniones familiares, etc. | 2. Evitar usar la pantalla para calmar las emociones del niño o niña (por ejemplo, usar el celular como “calmante” del enojo), o bien, como premio por alguna conducta (por ejemplo ver más TV por “portarse bien”). |
3. Desde los primeros años se debe conversar mucho con los niños y niñas para generar un vínculo de confianza para poder acompañarle en las distintas etapas de su desarrollo y, en este caso, que pueda contarle qué está viendo en las pantallas o cuando algo no le gustó o asustó. | 4. Conocer los programas, videojuegos y películas a los que accede su hijo o hija. Jugar con ellos para conocer bien en qué consisten. |
5. Establecer filtros de seguridad y cuéntele a su hijo o hija la razón por la cual los usa, como una manera de cuidado y no de control o desconfianza. | 6. Promover espacios abiertos para usar las pantallas. Hasta los 12 años, niños y niñas deberían usarlas, en la medida de lo posible, con supervisión de una persona adulta y en lugares abiertos de la casa. |
7. Enseñar qué datos personales se pueden compartir en la red y cuáles son privados y no se deben exponer nunca (teléfono, dirección, etc.). | 9. Promover el uso de aplicaciones adecuadas para niños y niñas, que faciliten nuevos aprendizajes. |
10. Explicar a su hijo o hija los riesgos del uso excesivo de pantallas. Dé el ejemplo: Regule los momentos en que usted usa las tecnologías | 11. Evitar que los niños y niñas usen redes sociales. Las mismas redes sociales impiden el ingreso a menores de 13 o 14 años, como sucede con Instagram, YouTube, Facebook, entre otras. |