La liposucción es una de las técnicas clásicas que se han utilizado durante décadas para eliminar esa grasa que tanto molesta o que no nos deja sentirnos cómodas. Es una cirugía efectiva, pero muchas veces con un postoperatorio doloroso y que interfiere con las actividades diarias, experiencia por la que algunas mujeres no estaban dispuestas a pasar.
¿La buena noticia? Hoy no es necesario pasar por ese proceso, porque la liposucción ambulatoria llegó para quedarse y tiene muchas ventajas que la hacen cada vez más atractiva. ¿Cuáles son sus ventajas y diferencias con la liposucción tradicional? ¿Cuáles son sus riesgos? ¿Qué preparación necesita? La Directora Médica de Central Klinic, Dra. Alejandra Ríos, nos despeja todas las dudas al respecto.
Adiós adiposidades
Es importante aclarar que los resultados de la liposucción tradicional y ambulatoria son los mismos y la principal diferencia entre ambos procedimientos es que la liposucción ambulatoria se realiza en varias sesiones, lo que la hace más segura y con un postoperatorio mucho más agradable, con una recuperación paulatina con menos estrés para el cuerpo.
“La sesión se efectúa en pabellón de cirugía. El procedimiento se realiza con apoyo de médico anestesista y arsenalera. Se aplica anestesia local y se trata por zonas específicas. Consiste en una técnica quirúrgica en la cual se extraen las células adiposas que están en exceso. Funciona mediante la utilización de una cánula (un tubo delgado de acero inoxidable) junto con un equipo de vacío de alta potencia, extrae y absorbe la grasa a través de la cánula eliminándola automáticamente del cuerpo”, explica la Dra. Ríos.
Este tipo de liposucción se puede realizar en todo el cuerpo, pero las zonas más frecuentes son abdomen, flancos, cintura, zonas laterales, subescapular (rollito del sostén) brazos y papada. La mayoría de los pacientes que se someten a este procedimiento tienen entre 35 y 45 años, pero se puede hacer entre los 18 y hasta los 60 (aproximados, todo depende de la calidad de la piel).
Algunas ventajas
* Se realiza con anestesia local, que es una de las formas más seguras de anestesia y por ende tiene un menor riesgo.
* Disminuye el número de la células adiposas.
* Su recuperación es más rápida que la liposucción tradicional. Puedes volver a tus actividades diarias casi de inmediato.
* La grasa extraída se puede aprovechar para hacer tratamiento de células madres, por ejemplo para rejuvenecimiento en cara, cuello, escote y manos, si es necesario.
* La anestesia se inyecta solo en la zona a tratar.
* Es más económica, siendo al menos un 30% más barata que la liposucción tradicional.
De todas formas, puede haber complicaciones. Por ejemplo, “si el paciente tiene una mala cicatrización puede que se formen zonas de fibrosis en donde se realizó la liposucción, lo que es mayor en el caso de la liposucción tradicional. Además, esto no hace milagros y como todo, requiere mantención. En ese sentido, si se sube de peso y no se tienen los cuidados alimenticios adecuados junto con una vida sana, la adiposidad puede aparecer en la zona tratada”, sostiene la Dra. Ríos.
Pre y post operatorio: cuidados especiales
Antes de comenzar con el tratamiento, es importante tomar algunos resguardos para evitar problemas y tener una buena recuperación. Así mismo, es importante mentalizarse en que esto es un empujoncito para un cambio de vida posterior y que luego de realizada la liposucción, hay que ser constante en los cuidados.
Además, debes fijarte en que el lugar esté autorizado por la Seremi de salud y que tenga todas sus instalaciones e infraestructura en los pabellones para poder realizar el procedimiento, el cual lo debe llevar a cabo un médico especialista con su equipo formado por arsenalera y anestesista.
La Dra Ríos nos cuenta que 5 días antes del procedimiento no se debe tomar aspirina ni vitamina E. Idealmente tampoco fumar por un lapso de al menos 7 días antes para que la recuperación sea más rápida.
Además, recomienda tomar árnica o traumel unos días antes para preparar los vasos capilares y que así el edema sea menor.
Con respecto al postoperatorio, se debe tener una alimentación equilibrada, antinflamatoria y evitar los alimentos que hinchan el abdomen. Importante no subir de peso y para eso efectuar ejercicio físico regular 2 a 3 veces por semana.
Recomendaciones:
* Realizar sesiones de ultrasonido para tener una recuperación más rápida, desinflamar la piel y prevenir la fibrosis que se puede formar después de la liposucción. Además, realizar sesiones de presoterapia para ayudar en el drenaje linfático.
* Utilizar una faja de compresión por 2 meses mínimo, para que la piel se retraiga y adhiera al músculo.
* Evitar por 7 días realizar fuerza o ejercicios.
* Los resultados óptimos se observan entre los 30 a 60 días luego de terminar el tratamiento post operatorio (drenaje linfático + ultrasonido).
Dra. Alejandra Ríos Manzi
Directora Médica de Central Klinic.