Vacunas infantiles: ¿Causan autismo las vacunas? ¿Es malo no ponerse ciertas vacunas? Infórmate bien sobre éstas y otras preguntas frecuentes, que nos responden los especialistas de Mayo Clinic.
Las vacunas infantiles ofrecen protección contra varias enfermedades graves o potencialmente mortales, como la difteria, el sarampión, la poliomielitis y la tos ferina (pertussis). Si estas enfermedades parecen poco frecuentes, o incluso insólitas, es porque estas vacunas son eficaces.
Sin embargo, podrías tener dudas sobre los beneficios y los riesgos de las vacunas infantiles. A continuación, encontrarás respuestas directas a preguntas frecuentes sobre estas vacunas.
¿Es mejor la inmunidad natural a la vacunación?
Una infección natural podría aportar mejor inmunidad que la vacunación, pero conlleva riesgos serios. Por ejemplo, una infección natural de varicela podría provocar neumonía, una infección natural de poliomielitis podría causar parálisis permanente, una infección natural de paperas podría conducir a sordera y una infección natural por Haemophilus influenzae tipo B podría causar daños cerebrales permanentes. La vacunación puede ayudar a prevenir estas enfermedades y sus complicaciones potencialmente graves.
¿Provocan autismos las vacunas?
Las vacunas no causan autismo. A pesar de que existe mucha controversia sobre el tema, los investigadores no han encontrado ninguna conexión entre el autismo y las vacunas infantiles. De hecho, el primer estudio que comenzó el debate ya se retractó.
¿Son peligrosos los efectos secundarios de las vacunas?
Toda vacuna puede provocar efectos secundarios. Normalmente, los efectos secundarios son menores, de fiebre baja, malestar y dolor en el sitio de la inyección. Algunas vacunas causan un dolor de cabeza temporal, cansancio o pérdida del apetito. En raras ocasiones, un niño puede experimentar una reacción alérgica grave o un efecto secundario neurológico, como una convulsión. Aunque estos efectos secundarios poco frecuentes son motivo de preocupación, el riesgo de que una vacuna cause un daño grave o la muerte es extremadamente bajo. Para casi todos los niños, los beneficios de vacunarse son mucho mayores que los posibles efectos secundarios.
Obviamente, no se vacuna a un niño que tiene una alergia conocida a ciertos componentes de una vacuna y tampoco se administra más de una dosis de una vacuna cuando un niño presenta una reacción posiblemente mortal ante una determinada vacuna.
¿Por qué se administran las vacunas tan pronto?
Las enfermedades que las vacunas infantiles intentan prevenir se presentan sobre todo en los primeros años de la infancia, cuando los riesgos de complicaciones son mayores. Por ello, es fundamental empezar con las vacunas pronto, a veces, poco después del nacimiento. Si se postergan las vacunas hasta que el niño sea mayor, podría ser demasiado tarde.
¿Está bien seleccionar y escoger las vacunas?
De manera general, no es bueno saltarse vacunas, porque eso deja al niño vulnerable a enfermedades potencialmente graves que, de lo contrario, podrían evitarse. Por otro lado, también considera que para algunos niños, incluidos aquellos que no pueden recibir determinadas vacunas por cuestiones médicas, la única protección contra enfermedades prevenibles mediante vacunas es la inmunidad de la gente que los rodea. Si los índices de inmunización disminuyen, entonces las enfermedades prevenibles mediante vacunas pueden convertirse nuevamente en una amenaza para todos.
Si tienes dudas sobre ciertas vacunas, exponle tus preocupaciones al médico del niño. Si tu hijo se retrasa en el calendario normal de vacunas, pregúntale al médico cómo puede igualarse.