La capital austríaca, no pasa inadvertida: historia, pintura, arquitectura y música se conjugan en una de las llamadas capitales imperiales. Conoce algunos de sus principales atractivos y entusiásmate en visitarla.

Por Rebeca Ubilla Madrid.

Sí está lejos… pero Viena (la capital de Austria), lo vale… son cerca de 13 horas de vuelo desde Chile, si decides llegar a Madrid, para luego hacer la conexión- por algo más de dos horas en avión- hasta una de las llamadas capitales imperiales, dado su pasado como cuna del Imperio Austro Húngaro.

Se trata de una ciudad fascinante, tanto por su arquitectura, su música y su pintura. Por ello, si te decides visitarla, te recomiendo no quedarte menos de cuatro días, para poder admirar los principales íconos de esta ciudad.

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Dentro de ellos, destacan los palacios que fueran residencia oficial -entre otros miembros reales -, del emperador Francisco José y su esposa la famosa emperatriz Elizabeht o Sissi como comúnmente se le conoce y cuya imagen está en todos los souvenir de la ciudad.

Un imperdible es el Palacio de Schonbrünn, el cual está conformado por el palacio y sus dependencias, el parque con sus numerosas construcciones fuentes y figuras y el jardín zoológico, considerado el más antiguo del mundo, todo por lo cual es Patrimonio Cultural de la Unesco desde 1996.

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Si decides visitarlo, podrás conocer los lujosos aposentos de la familia de los Hausburgos, como las salas de audiencia, dormitorios, salones de juego, comedores y la gran galería, entre otros. Te recomiendo comprar antes los ticket ( https://www.schoenbrunn.at/en/our-tickets-and-prices/all-tickets-prices/#c1380).

El otro palacio que no puedes dejar de visitar es el Alto y Bajo Belvedere (https://www.belvedere.at/ ), los cuales fueron erguidos en el siglo XVII, como residencia de verano del célebre general autríaco, Príncipe Eugenio de Saboya. La construcción es una de las arquitecturas barrocas más destacadas del mundo.

Sus interiores y sus jardines exteriores, que recuerdan a Versalles en Paris, no te dejarán indiferente. Sin embargo, lo que de seguro cautivará toda tu atención es la gran producción de arte del pintor autriaco Gustav Klimt, situada en el Alto Belvedere. Esta es el corazón de una muestra de arte autríaco que abarca desde la Edad Media hasta el presente. En ella encontrarás sus cuadros cumbres como El Beso y Judith I, además de Adán y Eva. Sus grandes dimensiones, sus incrustaciones en oro y el dorado general de sus imágenes, al menos a mí, me resultaron conmovedoras.

Belvedere

Cuadros

Pero Viena es claramente sinónimo de música, por ello su imponente Opera situada en pleno centro de la ciudad (con parada de metro y tranvía incluida) es un imperdible. Por qué se distingue? Cada día presenta un espectáculo diferente. Un dato: todo músico que se precie de tal querrá presentarse en este lugar. En sus alrededores te toparás con distintos “Mozart” que te ofrecerán visitas a distintos conciertos, que por lo general incluyen piezas de ópera, los vals de Johann Strauss hijo y las marchas de Johann Strauss padre.

Mi dato: los conciertos que se ofrecen en el Palacio de Shonbrünn, son toda una experiencia. Por su entorno y calidad del espectáculo, que podrás disfrutar con una copa de champagne en mano.

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En el mismo centro – en Stephan Plaz- se encuentra la Catedral de San Esteban, mayor símbolo religioso de la ciudad. La construcción, que es sede del arzobispo- cuenta en su interior con tres naves y tres altares, todo lo cual puedes recorrer y fotografiar sin problema.

En el mismo centro encontrarás el famoso Café Mozart donde podrás probar la deliciosa Torta Sacher, una tarta de bizcocho de chocolate rellena con una fina capa de mermelada de albaricoque y recubierta de chocolate. Y si hablamos de comida, Viena -como buena ciudad turística- cuenta con una amplia oferta gastronómica para todos los bolsillos. Puedes probar deliciosos menús por no más de 12 euros ($9000 aprox.) o comer en lugares más al paso, donde ofrecen sándwich y, ensaladas, entre otros por menos dinero. Mi recomendado? Wiener Schnitzel, la famosa escalopa de ternera apanada, normalmente acompañada de una ensalada tibia de papas y el delicioso strudel de manzana que puedes encontrar en la mayoría de las cafeterías del centro.

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¿Cómo moverte? Te recomiendo usar el metro y tranvía. Ambos cuentan con pases por horas a diferentes precios (el boleto sencillo cuesta 2,20 euros). Todos indican la hora en que pasarán y como te imaginarás, la puntualidad es una de sus principales características.

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Los tips

¿Cómo Llegar? En Chile tanto IBERIA como LATAM ofrecen vuelos Santiago Madrid con conexión a Viena.

¿Dónde Dormir? Existen una amplia variedad de hoteles, todo dependerá de tu bolsillo, pero los hoteles cuatro estrellas son una buena opción con desayuno incluido.

¿Qué comer? Wiener Schnitzel, una escalopa de ternera apanada, la torta Sacher y strudel de Manzana.

¿Qué ver? Palacios Belvedere, Schonbrünn, Opera y Catedral de San Esteban, entre otros.

¿Cómo Moverte? En las amplias líneas de metro y tranvías.

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