Por Camila Giglio
Odontóloga y fundadora de Biobrush
Nos encanta ver a nuestros niños sonreír pero una sonrisa sana no es casualidad. Es el resultado de un cuidado y supervisión constante de los padres y que comienza a partir de los cuatro meses, eso porque durante el período anterior aún no erupcionan los dientes y los restos de leche actúan como protectores de las mucosas y ciertas enfermedades.
Muchas veces me han preguntado a partir de cuándo se realiza el cepillado y en esto el consenso es cuando aparece el primer diente. La aplicación de la pasta es un tema aparte, lo ideal para niños es usar un dentrífico sobre 1000 ppm de Flúor desde los 4 meses (eso lo pueden ver en sus ingredientes Activos), esta concentración previene la aparición de caries. La porción varía en relación a la edad del niño: Hasta los dos años la medida es del tamaño de medio grano de arroz, entre dos y cuatro años es de un arroz y desde los cuatro la cantidad correspondiente a una lenteja.
Durante todo este tiempo hay que tener especial precaución ya que solo a partir de los cuatro años los pequeños desarrollan el reflejo de deglución y no se la tragan. En caso de ingerir un exceso de pasta pueden sufrir de intoxicación y/o Hipocalcificacion dentaria, que son manchas blancas a pardas en los dientes definitivos.
En cuanto a la técnica de cepillado, debe ser realizada por los padres hasta los cuatro años, desde ahí hasta los seis años hay que supervisar y repasar. Luego entre seis y ocho controlar, y a partir de ahí los niños deberían ser capaces de realizar un cepillado eficiente por ellos mismos, esto se puede observar cuando ya tienen una buena caligrafía. Para conocer la técnica de cepillado debes visitar al Odontólogo y seguir sus recomendaciones.
Es frecuente consultar qué cepillo usar en los niños. Lo ideal es uno de cabeza y mango pequeño y filamentos suaves y rectos. Yo recomiendo la marca Biobrush Kids (disponible en www.biobrush .cl y Farmacias Knop).
Otro tema que a los papás les inquieta es saber cuándo llevar a los niños a su primera visita dental, la que debiese ser al mismo tiempo de la erupción del primer diente. Para incentivar un buen comportamiento con el Odontólogo los padres deben motivar el cepillado con juegos lúdicos y no con amenazas como “si no te lavas los dientes te llevo al dentista y te los van a sacar”, eso podría ser dañino para la relación entre el niño y el especialista. Además hay que hacer refuerzos positivos sobre la visita dental, para que el niño piense que será una buena experiencia y coopere. Eso baja la ansiedad, el temor y permite que se genere más confianza durante el tratamiento.
Por tanto gran parte del éxito en el comportamiento durante el primer diagnóstico depende de los padres y el entorno del niño.