- En nuestro país no existen muchos estudios que ilustren la situación de salud bucal de los adultos mayores, a nivel país sólo contamos con una encuesta nacional de salud del 2003, que identifica como principales patologías de la población adulta la pérdida progresiva de dientes hasta el edentulismo (pérdida total) , caries y enfermedad periodontal.
A medida que vamos envejeciendo es muy importante el cuidado de los dientes. Una idea errónea generalizada es que con el paso de los años la pérdida de nuestra dentadura es inevitable, ya que si se cuidan correctamente pueden durar toda la vida; “al contrario de lo que se piensa, una persona sana de la tercera edad está sometida a los mismos riesgos que una persona adulta, solo que ha estado expuesta a estos factores de riesgo por mayor tiempo”, señala la doctora Paola Tapia Mundy, cirujano dentista y odontogeriatra del Grupo Odontológico Norden.
Nuestra boca cambia a medida que envejece, a veces los nervios de nuestra dentadura pueden hacerse más pequeños, con lo que los dientes son menos sensibles a la caries u otros problemas. Es necesario hacer revisiones dentales con regularidad, ya que de no ser así los problemas no se diagnosticarán hasta que sea demasiado tarde. ”En un adulto mayor bien conservado, una vez al año es suficiente. Luego es según las necesidades de cada paciente y pueden ser cada 3 ó 6 meses, e incluso cada 30 días dependiendo del estado de salud general de cada persona”, comenta Paola Tapia.
Pese a que la población piensa que la pérdida dentaria en los adultos mayores se da con la edad, no es así, ya que la primera causal son las caries y enfermedades periodontales. “No es sólo el avance de la enfermedad periodontal la responsable de que los dientes se “suelten” o adquieran mayor movilidad. Recordemos que un mal control de la higiene oral permite el asentamiento de la enfermedad periodontal”, afirma la especialista.
Cómo evitar perder los dientes a temprana edad
Los adultos mayores son afectados por las mismas enfermedades orales que el resto de la población, sin embargo, la zona donde se desarrollan está más deteriorada. Asimismo, la manifestación de algunas patologías orales se ve modificada por las condiciones basales, la farmacología y la reserva fisiológica del paciente, entre otros.
“Los odontólogos deben diferenciar entre un adulto mayor sano y un adulto mayor con riesgo de dependencia para determinar el tratamiento. Una persona que ha tenido un buen control personal y profesional de su salud oral, que no presenta mayor patología ni farmacología y que está integrado en su entorno social, no requiere de una atención especializada. Su tratamiento no difiere mayormente al que se implementa en un adulto bajo los 65 años de edad, ya sea por caries,enfermedad periodontal o desdentamiento progresivo”, acota la odontóloga.
Sobre los cuidados dentales que una persona de esta eded debe tener, la odontogeriatra comenta que “a partir de una higienización profesional, lo más importante es la técnica de cepillado, la frecuencia y su duración. Se debe utilizar un cepillo blando, de forma metódica y por un tiempo adecuado, además, se debe considerar el uso de cepillos eléctricos cuando hay problemas de motricidad fina. Luego, y a medida que el riesgo de dependencia va aumentando se deben considerar las condiciones orales tratables y establecer una periodicidad en las visitas, los tratamientos deben acotarse a las necesidades médicas de la persona con un enfoque en la habilidad del paciente o sus cuidadores de mantener la salud oral, disminuyendo, en lo posible, la complejidad de dichos tratamientos e interrelacionándolos con otras especialidades como geriatras, cardiólogos, neurólogos, psicólogos, farmacéuticos clínicos o kinesiólogos con una formación geriátrica de base.
Cuando las dificultades van aumentando, se debe apoyar al paciente con elementos profesionales como pastas con un elevado contenido de flúor, enjuagues antibacterianos y otras medidas adoptadas en consulta, para evitar la aparición de la enfermedad y controlar la carga bacteriana. A medida que se va progresando el nivel de dependencia se debe involucrar a la familia y al personal de salud que atiende a esta persona sobre la mantención de la salud oral y modificar la empuñadura del cepillo dental hasta incluso generar cambios posturales necesarios para entregar una buena higiene oral, lo que considera también cambio en los elementos usados para higienizar la boca.