• Investigaciones recientes dan cuenta que el intestino, además del bienestar digestivo, es clave para ayudar a la salud del cerebro. En ese sentido el yogurt helado natural, con sus probióticos, favorece a ambos sistemas, provocando una buena digestión y disminuyendo el estrés, con su efecto antidepresivo que contribuye a que las personas sean más felices.

Durante todo abril se celebró el Mes del Cerebro, oportunidad en que los especialistas ponen en relieve los problemas más frecuentes que afectan este órgano, como también los hábitos que las personas debieran considerar para cuidarlo adecuadamente.

Y una de las buenas prácticas para proteger al cerebro; también al intestino de las enfermedades gastrointestinales, es a través del consumo de yogurt, de preferencia helado y natural.

Al respecto, científicos de la Universidad de California descubrieron que el consumo de este alimento favorece al cerebro, ayudándolo a funcionar mejor, disminuyendo el estrés, ayudándolo a combatir las tensiones, a la vez que la depresión, y, en resumen, contribuyendo a que las personas sean más felices.

Asimismo, los científicos demostraron algo que se sospechaba, pero que hasta hoy no había sido probado en personas (sólo en animales): que el intestino también manda señales al cerebro.

La Dra. Gema Cabrera, psiquiatra y médico cirujano de la Universidad de Chile, expresa que los científicos saben desde hace tiempo que el cerebro envía señales a los intestinos, lo que desemboca en que el estrés y otros trastornos emocionales, influyan en los problemas gastrointestinales. “Pero ahora, y esto es muy importante: los investigadores encontraron que las señales viajan también en sentido contrario: desde los intestinos al cerebro”.

La Dra. Cabrera -también experta en medicina natural- afirma que “actualmente y dentro de nuestro estilo de vida, el yogurt helado es una buena receta natural antidepresiva, ansiolítica y antiestrés, que podemos consumir placenteramente, en reemplazo de los helados tradicionales (golosinas) a los que están acostumbrados los chilenos, y para hacer frente a las altas temperaturas que nos siguen afectando a raíz de un cambio climático que llegó para quedarse. Así, gracias a un alimento de calidad, sano y sabroso podremos resetearnos de las tensiones y penas, a la vez de cuidar el peso”.

Confirma lo anterior la experta en alimentos y directiva de Yogurt Life, Dulce María Ramírez, señalando el yogurt helado tiene “una diferencia enorme a nivel nutricional”, comparado con los componentes químicos del helado que tiene un alto margen de azúcar y de grasa. “Con el yogurt helado, 0% grasa y sin azúcar refinada añadida, se está comiendo algo sano que no hace engordar y que ayudará al organismo, porque -entre otras cosas-, los probióticos de este producto son esenciales para la digestión, cuyo buen funcionamiento hoy está posicionado como principal en la pirámide de hábitos saludables”.

Experimento con el yogurt

En esto de experimentar sobre cómo la alimentación afecta en la función cerebral, un estudio de la Universidad de California -que involucró a 36 mujeres de entre 18 y 55 años de edad- afirma que los probióticos contenidos en el yogurt pueden ayudar a aliviar la ansiedad por medio de la modulación de las vías vagales que se encuentran dentro del cerebro-intestino, afectando los niveles GABA, que son aminoácidos presentes en bacterias, plantas, vertebrados y seres humanos, y que cumplen el rol fundamental de la neurotransmisión. Además, disminuyendo la producción de la hormona corticosterona que es inducida por el estrés y precursora de la adrenalina.

Curiosamente, comparándolo con el grupo de control, las mujeres que consumieron yogurt con probióticos tuvieron un aumento de actividad en las dos regiones cerebrales que controlan el procesamiento central de las emociones y la sensación: la corteza insular (ínsula), que desempeña un papel en funciones comúnmente relacionadas con las emociones (incluyendo la percepción, control motor, autoconciencia y experiencias interpersonales) y la regulación de la homeostasis del cuerpo, afrontando mejor el calor en el verano y el frío en el invierno. La otra área es la corteza somatosensorial, que desempeña un papel fundamental en la capacidad del cuerpo para interpretar una gran variedad de sensaciones. “Si esta zona funciona de manera óptima, las personas tenderán a tomar decisiones más asertivas para su bienestar personal”, acota la médico psiquiatra.

Microorganismo multibeneficios

En la investigación, y durante la exploración del cerebro en reposo, el grupo de tratamiento también mostró una mayor conectividad entre una región conocida como “sustancia gris periacueductal” y las áreas de la corteza prefrontal relacionada con la cognición. “Esto -explica la médico psiquiatra de la U. de Chile- tiene directa relación con el manejo del dolor físico y emocional. Si la conectividad funciona bien, la persona tendrá una mejor respuesta a los temas de dolor o miedo emocional y ya no serán tan básicas como las de amenaza (huir o atacar)”.

En tanto, la nutricionista Natalia Castro, aconseja optar por yogures helados non fat, pues son bajos en calorías y se mezclan con cultivos vivos y activos como son los probióticos: “microorganismos que si se ingieren en una cantidad adecuada, logran ejercer efectos beneficiosos en la salud”, asevera.

“Además de lo señalado por el estudio, es importante destacar que estos microorganismos vivos ayudan a mantener un sistema inmunológico saludable, protegiendo a nuestro cuerpo del ataque de organismos patógenos que pueden provocar enfermedades”, agrega la nutricionista.

Con todo lo mencionado por los expertos y comprobado por los científicos, si se considera también que el yogurt aporta micronutrientes esenciales como la vitamina C y el calcio, y que es un alimento que se puede consumir helado junto a frutas frescas de alto poder antioxidante o de frutos secos protectores del sistema cardiovascular, el yogurt helado se impone como una deliciosa y completa fuente de salud.

¿Sabe que tiene 2 sistemas nerviosos?

En realidad, tenemos dos sistemas nerviosos: El sistema nervioso central (compuesto por el cerebro y la médula espinal) y el sistema nervioso entérico (que es el sistema nervioso intrínseco de su tracto gastrointestinal).

Ambos son creados del mismo tejido durante el desarrollo fetal: una parte se convierte en el sistema nervioso central, mientras que la otra se transforma en su sistema nervioso entérico.

Estos dos sistemas están conectados por el nervio vago, el décimo nervio craneal que va desde su tronco encefálico hasta debajo de su abdomen. Actualmente está bien establecido que el nervio vago es la ruta principal que utiliza la bacteria o flora intestinal para transmitir información a su cerebro. Y aunque usted no lo crea, el intestino envía más información al cerebro que el cerebro al intestino.

Un ejemplo concreto es que probablemente haya experimentado la sensación visceral de mariposas en el estómago cuando se pone nervioso, o ha tenido afecciones estomacales cuando se estresa mucho. Esto es algo muy cierto, los problemas en el intestino pueden impactar directamente en su salud mental, causando ansiedad y depresión, entre otros trastornos.