- Terapeuta transpersonal explica de qué se trata este tipo de terapia que promete sanar distintos problemas a través de un trabajo de representación de los lazos que existen entre una persona y todo su sistema familiar.
¿En tu familia se repiten patrones de generación en generación? ¿Has escuchado y te has dado cuenta de que en tu círculo cercano siempre “se repite la historia”? ¿Tu abuela y tu hermana tienen historias de vida muy similares? Según Bert Hellinger, fundador de las constelaciones familiares, esta situación no es nada rara y tiene una razón de ser: las dinámicas que se han establecido en el sistema familiar.
“Nosotros nacemos en un sistema familiar donde estamos interrelacionados por lazos invisibles con personas con un vínculo sanguíneo y con todas las personas que están relacionadas con nosotros de una manera grata o dolorosa”, explica Andrea Meneghini, terapeuta transpersonal que dictó el taller “Constelaciones Familiares” en la Escuela de Psicología de la Universidad del Pacífico.
No sólo los seres cercanos como familiares directos deben ser representados en una constelación familiar, sino todo aquél que tenga o haya tenido un papel fundamental en el sistema. “Las constelaciones familiares son un tipo de terapia sistémica se trabaja principalmente con los vínculos, que pueden ser de tipo sanguíneos o no. Lo que la constelación familiar saca a la luz son las dinámicas ocultas que operan dentro de este sistema que hace que nosotros repitamos patrones, conductas y que desde nuestra parte consciente no lo podemos resolver”, afirma Meneghini, especialista en constelaciones familiares.
Cuando una persona decide constelar algún problema que la aqueja, acompañada de un constelador, debe elegir a personas desconocidas para que vayan representando a sus familiares y a otras personas importantes, y ubicarlos en donde lo desee. La ubicación de cada uno de los actores y cómo ellos se sientan, da a conocer los lazos invisibles en el sistema familiar de la persona constelada.
“Desde nuestra parte consciente nosotros pensamos que tenemos el control, pero en la constelación sale a la luz la dinámica oculta, lo que nosotros no vemos pero que nuestro cuerpo sí lo sabe y eso se expresa a través del lenguaje corporal”, explica la terapeuta.
Según la especialista, es frecuente que durante las constelaciones familiares la persona que se somete a este tipo de terapia experimente emociones muy fuertes y que además conozca detalles que no sabía acerca de sus familiares de hasta siete generaciones atrás, como participaciones en guerras, homicidios, abortos, etc.
“Por ejemplo, donde ha habido robos, abusos, homicidios, esas personas también están relacionadas con nuestra familia hasta que nosotros les podamos dar un lugar y los integremos. Esta integración no significa aceptar su conducta, sino que entender que hay un alma detrás de eso, hay una experiencia, algo se tuvo que vivir, se tuvo que aprender”, indica Andrea Meneghini.
Uno de los fundamentos de las Constelaciones Familiares es que cada persona debe tener integrado a sus padres, aceptarlos y amarlos, y así podrá mejorar su calidad de vida y la forma en la vive. “Los padres son quienes nos traen al mundo y, por lo tanto, representan la vida. Nosotros tomamos la vida a partir de ellos y, entonces, mientras en mejor sintonía estemos con nuestros padres, mejor nos vamos a relacionar con la vida”, asegura la terapeuta.
Las constelaciones familiares son un tipo de terapia que sirven para tratar diversos temas, como problemas con la familia, con el trabajo, con la pareja, y emociones como el abandono, la tristeza, y también enfermedades.
“Las constelaciones familiares muestran la capacidad que nosotros tenemos para resolver, o cómo estamos posicionados en esta red sistémica de vínculos, en qué lugar estamos posicionados para poder hacer un movimiento hacia la vida, hacia el bienestar, etc. Las constelaciones familiares pueden tratar todo lo que nos duele, lo que nos molesta y que se repite constantemente, ya sea estados emocionales y físicos. Por ejemplo, las enfermedades son una manera que tiene la existencia de mostrarnos algo que nosotros no estamos viendo y llega el minuto en que el cuerpo lo somatiza. El cuerpo expresa lo que a lo mejor nosotros no estamos siendo conscientes. Nuestro cuerpo avisa, los órganos siempre representan algo; por ejemplo, si tenemos problemas en el hígado lo más probable es que tengamos problemas de rabia e ira, los riñones que están relacionados con los miedos”, concluye Andrea.
Foto: vía www.plenamente.cl