Columna de María Soledad Miranda Eguiluz
Con nuestros pensamientos y sentimientos contribuimos a crear una situación, buena o mala, en nuestra vida. Nuestros pensamientos crean nuestros sentimientos, y vivimos de acuerdo con esos sentimientos y creencias. Esto no quiere decir que seamos culpables de las cosas que van mal en nuestra vida, hay diferencia entre ser responsables y sentirnos culpables o culpar a otras personas.
Cuando hablo de responsabilidad, me refiero al hecho de tener poder. Si echamos la culpa de lo que nos pasa a alguien o algo externo, estamos regalando nuestro poder y dependemos de lo que el otro haga para estar bien. La responsabilidad nos da el poder de efectuar cambios en nuestra vida. Si escogemos el papel de víctima, lo que hacemos es usar nuestro poder personal para ser impotentes. Pero si decidimos aceptar nuestra responsabilidad, entonces no perdemos el tiempo en culpar a los demás o a algo” exterior”.
La responsabilidad es nuestra capacidad de reaccionar ante una situación. Siempre tenemos mas de una opción. Podemos reconocer que hemos contribuido a estar donde estamos. Aceptando la responsabilidad tenemos el poder de cambiar. Podemos decir: “¿Qué puedo hacer para que esto sea diferente?”
Muchos de nosotros comenzamos a comprender ahora que provenimos de hogares problemáticos . Cargamos con muchos sentimientos negativos sobre nosotros mismos, y nuestra relación con la vida.
Todos los acontecimientos que hemos experimentado en nuestra vida hasta este momento, han sido creados por nuestros pensamientos, sentimientos y creencias. Miremos el pasado como parte de la riqueza y plenitud de nuestra vida. Sin esa riqueza y plenitud no estaríamos aquí hoy. No hay ningún motivo para castigarnos por no haberlo hecho mejor. Lo hicimos tan bien como pudimos.
El pasado sólo existe en nuestra mente y en la forma en que elegimos verlo mentalmente. Este es el momento que estamos viviendo. Este es el momento en que estamos sintiendo. Este es el momento que estamos experimentando. Lo que hacemos en este mismo instante es colocar los cimientos para el mañana. De modo que este es el momento de tomar la decisión. Nada podemos hacer mañana, ni tampoco ayer. Sólo podemos hacerlo hoy. Lo que importa es lo que elegimos pensar, creer, sentir y decir en este mismo momento.
Cuando comenzamos a responsabilizarnos conscientemente de nuestros pensamientos, sentimientos, emociones, acciones y palabras, tenemos claridad del mundo que deseamos manifestar, tenemos el poder para generar cambios y ya no dependemos del otro para estar bien o ser feliz.
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