Por Caro Yañez
Psicóloga Organizacional, Master en Psicología Positiva y Master Coach.
Escucho frecuentemente decir a mujeres, que frente a escenarios de incertidumbre, que impactan también en el ámbito laboral, las está haciendo dudar de sus propias potencialidades y fortalezas, emergiendo un gran conflicto entre el nivel satisfacción que sienten al momento de desplegarlas, estén insertas o no en el mundo laboral contractual o formal.
A que me refiero con esto, a que muchas veces pensamos que tenemos mucho más que ofrecer y no estamos viendo reflejado en la acción, todo nuestro potencial, sintiendo que estamos al debe con nosotras mismas y no sintiéndonos plenas en el desempeño de nuestras tareas. Lo anterior, es experimentado por cada una, a partir de su historia y de la forma en como han sido capaces de administrar sus emociones.
Me centraré en 3 grandes grupos de mujeres y en las ideas que están verbalizando hoy, con relación a su “sentido de vida” y el trabajo. Algunas están preguntándoselo hace un rato y otras lo han hecho durante toda su vida laboral (Dejaré fuera de la revisión a aquellas mujeres felices, que están haciendo lo que aman).
Grupo 1: Las Mujeres con trabajo. “Al menos, tengo pega, pero no es el lugar en el que quiero estar”; “Siento que algo me falta”; “Si aparece otra cosa, dejo esto”; “No me puedo quejar, tengo un sueldo seguro a fin de mes”.
Grupo 2: Mujeres que han perdido su trabajo: ¿Qué haré ahora?, ¿Hacia dónde reoriento mi búsqueda?; ¿Y si es momento de emprender, pero ¿cómo lo hago?; ¿Y si esta vez voy detrás de mi sueño?
Grupo 3: Mujeres que no han trabajado durante mucho tiempo y quieren volver a hacerlo: “Estoy muy motivada, pero no sé qué hacer”; “Tengo miedo de volver a empezar”; “Me asusta el fracaso”.
Lo anterior es real y sucede a diario. Cada uno de estos grupos de mujeres, están evidenciando que hay algo que necesitan que las haga levantarse cada mañana motivadas y experimentar ese espacio de unión de su vocación, su profesión, su misión y su pasión, es decir, de aquello que les da “Sentido a sus Vidas”.
¿Y si agregamos además el componente etario a la ecuación o la creencia limitante que el título profesional nos define? Tenemos acá una gran oportunidad, abandonar esas creencias disfuncionales, que no colaboran con nuestro propósito, pero que nos hacen sentirnos cómodas en un terreno “conocido”, pero con bajo nivel de nutrientes para nuestra vida.
Entonces, de ahora en adelante miraremos hacia adelante pensando que la edad es sólo un número y que si bien estudiamos algo que en definitiva nunca nos llenó, hoy podemos decidir a dedicarnos a aquello donde podemos ver todas nuestras fortalezas y potencial en acción.
¿Y si del sueño pasamos a la acción y nos proponemos ir detrás de nuestro propósito y ser felices?