• Se terminaron las vacaciones y la llegada de marzo ya se concretó. Los niños vuelven al horario habitual de clases y para evitar pataletas y las dificultades que implica retomar la rutina, el neurólogo de Clínica Ciudad del Mar, Dr. Enzo Rivera, nos da consejos para que esta etapa sea menos compleja. ”El período de adaptación del menor puede durar desde una semana a 10 días”, precisa el especialista.

El fin del verano llega para todos y con ello la vuelta a la rutina. Los niños, aunque todavía son pequeños, sufren como cualquier otra persona el fin de sus días de ocio y libertad para desarrollar las actividades que más les gustan. Y uno de los cambios más difíciles para ellos, es el volver a despertarse temprano.

El neurólogo de Clínica Ciudad del Mar, Dr. Enzo Rivera, asegura que en un reciente comunicado, la National Sleep Foundation de EEUU anunció un cambio en las recomendaciones para los niños y adultos, considerando como insuficientes las horas recomendadas previamente, en vista de las exigencias escolares y académico-laborales actuales. “Es así como para la población escolar entre 6 y 13 años se recomiendan actualmente entre 9 y 11 horas de sueño, y para los adolescentes entre 14 y 18 años de 8 a 10 horas”, explica el especialista.

Otro aspecto que afecta a los niños es el uso exagerado de la tecnología. “Para que los niños tengan un buen descanso, se debe sacar del dormitorio la televisión, el celular y el computador. No deben consumir bebidas cola, energéticas ni café en la noche. Deben hacer actividades relajantes en el dormitorio: leer, dibujar, escuchar música suave, etc.”, precisa el neurólogo.

Cambio repentino

Problemas en el sueño, irritabilidad, somnolencia y una baja en el rendimiento escolar se pueden provocar ante un regreso a las aulas de un día para otro. El doctor asegura que es necesario que las rutinas de los niños y jóvenes se readapten progresivamente para aminorar el impacto del retorno a clases.

“La rutina del colegio debe comenzar una semana antes, haciendo que los niños se acuesten 15 minutos más temprano por dos días, luego 30 minutos otros dos días, y así, hasta llevarlos a dormir entre las 21.00 y 22.00 hrs. Esto es más difícil en adolescentes, pero no hay alternativa. Deben acostarse más temprano y los padres deben imponerse”, advierte el especialista.

El Dr. Rivera, precisa que si no preparamos a los niños y jóvenes un tiempo antes y comenzamos a levantarlos temprano bruscamente, ellos presentarán conductas de irritabilidad, estarán con poca concentración y somnolientos.