¿Saliste a trotar una vez y te gustó? ¿Te invitaron a reemplazar a un miembro que faltó para el partido y ahora quieres entrar a la Liga de fútbol? ¿Te inscribiste en una corrida por primera vez? Ojo, no puedes convertirte en un súper deportista de un día para otro, ya que el exceso de ejercicio podría aumentar el riesgo de sufrir un infarto al miocardio.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) nos recomienda realizar actividad física cinco veces a la semana por 30 minutos como mínimo, y en Chile, con un nivel alto de sedentarismo, se intenta lentamente incentivar a la población a practicar deporte. Sin embargo, hay que tener cuidado con quienes se ponen metas muy elevadas o deciden incursionar en deportes extremos de un día para otro, ya que son ellos los que corren mayor riesgo.

La revista científica New England Journal of Medicine publicó un artículo sobre el riesgo aumentado de sufrir un infarto al miocardio por parte de los deportistas llamados “ocasionales”, debido a que someten dichos órganos a una sobrecarga de trabajo en forma repentina. Para Juan Francisco Maureira, jefe de carrera de Preparador Físico del CFT Santo Tomás San Joaquín, la situación radica principalmente en que “quienes nunca realizaron algún tipo de ejercicio físico, y por la cercanía del verano o tratar de volcar su vida a un hábito más saludable, deciden realizan en pocos días todo el ejercicio que no desarrollaron en toda su vida, y lo que es peor, a intensidades muy elevadas, pueden provocar una sobrecarga de trabajo en el sistema muscular y en el cardiovascular, desconociendo los riesgos que esto puede ocasionar”.

Sin embargo, la investigación señala que el peligro de un incidente cardíaco disminuye notablemente si en vez de hacer deporte esporádicamente, se hace con regularidad. Por eso, para disminuir las probabilidades de padecer algún problema si comienza a hacer ejercicios repentinamente, tome en cuenta las siguientes consideraciones que entrega el jefe de carrera de Preparador Físico:

  1. Lo ideal es que te realices un chequeo médico de tu salud cardiovascular, antes de comenzar.
  2. Si tienes la posibilidad, acude a un especialista de la preparación física (PF) para que te guíe, o busque una actividad física que para ti sea entretenida, llevadera y que evite el abandono prematuro.
  3. Siempre ten en cuenta la dosificación, es decir, la gradualidad de tus actividades, tanto en duración como en intensidad. Esto previene la aparición de lesiones músculo-esqueléticas u osteoarticulares.
  4. Siempre realiza un calentamiento previo de 15 minutos al inicio de la sesión y una vuelta a la calma con estiramientos de 20 minutos finales.

Lo último, pero no menos importante, aprende a escuchar a tu cuerpo, y respeta los procesos de adaptación que ocurren en él. El ejercicio es un gran aliado del corazón, no lo transformes en tu enemigo, improvisando acciones que te llevarán al límite y poniendo en riesgo tu salud. ¡Son procesos lentos, no los apures