• Niños inquietos, con mala conducta, bajas notas y numerosas anotaciones en el libro de clases suelen ser las características de un menor con déficit atencional. Este cuadro, sin embargo, tiene variantes, tales como el predominio inatento, más difícil de pesquisar porque se da en personas más tranquilas. El neurólogo de Vidaintegra, Carlos Navarrete, nos entrega a continuación pautas para poder descubrirlo tempranamente.

El déficit atencional es una patología presente en niños, pero que puede extenderse hasta la vida adulta, y se caracteriza principalmente por la dificultad para concentrarse, hiperactividad e impulsividad y suele asociarse a un bajo rendimiento académico. Según explica el Dr. Carlos Navarrete, neurólogo de Vidaintegra, éste tiene subtipos: el inatento, el hiperactivo y el combinado, que es el más común. “En el déficit atencional inatento no se satisface todos los criterios de hiperactividad e impulsividad pero predomina la falta de concentración”, asegura el especialista.

Las características específicas de este déficit están dadas porque pareciera que los niños están siempre distraídos. “Les cuesta seguir las instrucciones, pierden los útiles, son descuidados porque no logran focalizarse, no llevan las tareas, acumulan anotaciones por faltas de responsabilidad, etc.” explica el especialista de Vidaintegra.

El Dr. Navarrete aclara que por lo general los niños con déficit atencional, independiente del subtipo, tienen ocasionalmente otros cuadros asociados “como por ejemplo trastornos de aprendizaje, de lenguaje, de conducta, alteraciones del sueño, trastornos del ánimo depresivo y trastornos ansiosos. En los niños con predominio inatento, lo que más se ve son los trastornos de aprendizaje o lenguaje, y trastornos del ánimo ansiosos o depresivos, más que los conductuales, que son más comunes en los combinados o los hiperactivos”. Por lo tanto, sólo el niño hiperactivo será el que molesta a sus compañeros en clases o revoluciona la sala con saltos y gritos.

El niño con déficit atencional inatento tiene buena relación con su entorno y sus compañeros, son respetuosos con sus padres y son más calmados. Esta característica puede significar que muchas veces se retrase su diagnóstico, ya que lo más común es que el niño sólo sea distraído y que presente bajo rendimiento académico.

¿Cómo saber que estamos frente a un déficit atencional? Los profesores seguramente serán los primeros en detectarlo y darán cuenta de esto a los padres. La edad clave en la aparición de este déficit es cerca de los seis años, cuando el niño está entrando a la educación básica, periodo en que hay más tareas, desafíos, e instrucciones que seguir.

Lo importante, recalca el Dr. Navarrete, es que se consulte a un especialista si existen dudas, ya que un déficit atencional no tratado puede generar muchos problemas en el futuro, como depresión, trastornos conductuales e intolerancia a la frustración.

El entorno como factor clave

Los padres, hermanos y profesores también juegan un rol importante. “Hay que preocuparse de que el niño focalice la atención, debemos asegurarnos de que está entendiendo y escuchando la instrucción. Esto es válido tanto para la casa como para el colegio, donde las instrucciones tienen que ser claras y sencillas. Es importante destacar las potencialidades, resaltar más lo positivo que lo negativo”, indica el Dr. Navarrete.

¿Cuándo sospechar la presencia de déficit atencional inatento?

  • Niños de bajo rendimiento académico.
  • Niños distraídos con dificultad para concentrarse.
  • Niños que realizan muchas actividades y no logran terminarlas.
  • Niños que pierden útiles constantemente.
  • Niños con dificultad para seguir instrucciones complejas.
  • Niños con problemas tanto en la casa como en el colegio.
  • Niños insomnes.
  • Niños que olvidan cuadernos, tareas o trabajos.
  • Niños que acumulan anotaciones por falta de responsabilidad.
  • Hijos de padres que han sufrido o sufren de déficit atencional del adulto.