Presta atención a los síntomas que generan las altas temperaturas en perros y gatos, como letargo y jadeo excesivo, respiración acelerada, temblores, babeo y falta de apetito por un tiempo prolongado.
Cuando se esperan temperaturas por sobre los 35° para los próximos días, es importante no perder de vista a perros y gatos, ya que al igual que el ser humano, las mascotas también pueden verse afectadas por golpes de calor.
A modo de prevención, la recomendación general en los meses de verano es renovar continuamente el agua de las mascotas, de manera que siempre esté fresca; agregar uno o dos pocillos más con agua en diferentes lugares; de ser necesario cambiar su lugar habitual de descanso al espacio más fresco de la casa; si tienes jardín, poner una pequeña piscina inflable para que se refresque, e incorporar alimentación húmeda de calidad, igual de completa y balanceada que el alimento seco, pero que además aporta hidratación.
Se debe prestar especial atención a los perros y gatos, ya que pueden verse afectados por golpes de calor; ellos no poseen glándulas sudoríparas en toda la piel como el humano, únicamente pueden regular su temperatura corporal mediante los jadeos, y eliminar el sudor a través de las almohadillas de sus patas, proceso que de por sí es lento.
¿Pero sabes cómo identificar cuando tu perro está siendo afectada por un golpe de calor excesivo? Según explica Valentina Núñez, médico veterinaria de Purina, “su ritmo cardíaco se acelera y su temperatura corporal se incrementa de tal modo, que puede llegar a 42°C, teniendo en cuenta que en promedio tienen entre 38 y 39°C. Si no se le pone remedio cuanto antes, el perro presentará vómitos, diarrea, temblores y debilidad general”.
A ello se suma que sus mucosas y encías pueden adquirir un color azulado debido a la falta de oxigenación en sangre, y en casos más graves puede llegar a perder la conciencia y sufrir daños mayores tales como hemorragias, insuficiencia renal o hepática, daño cerebral, e incluso falla general en varios órganos.
Para calmar una sensación de calor común, basta con hacerlo descansar en un lugar fresco y mantenerlo bien hidratado. Pero, si este no es el caso y se detectan alguno de los síntomas mencionados, es importante mantener la calma y actuar de forma eficiente. “Entonces, mientras se llega a la clínica veterinaria, se le deben administrar primeros auxilios: mojarlo continuamente con agua (ni fría ni caliente), no cubrirlo ni bañarlo con agua helada o hielo a menos que lo indique el veterinario, y darle de beber agua fresca sin acelerarse, para que se vayan estabilizando sus niveles de hidratación”, agrega la especialista.
¿Qué pasa con los gatos? Cuando tienen demasiado calor presentan mucha salivación, la lengua se les pone azul y podrían tener hasta temblores musculares. También es probable que se encuentre aturdido, se mueva lento, coma menos y busque lugares con sombra donde escapar del calor.
“Los gatos que están más expuestos a sufrir un golpe de calor son los de cara chata o braquicéfalos, los seniors, aquellos que presentan obesidad, y los que padecen enfermedades cardíacas o problemas respiratorios”, finaliza Valentina Núñez. Sin embargo, cualquier gato puede sufrirlo en un momento u otro, por lo que es vital estar atento a los síntomas y ayudarlo a sobrellevar el calor refrescándolo con toallas húmedas y manteniendo un buen cepillado del pelo.