Se estima que 1 de cada 10 partos en el mundo ocurren antes de las 37 semanas de gestación y, en el país, los casos van en aumento. Especialistas de la salud advierten sobre los cuidados que requieren estos lactantes y la importancia de que reciban apoyo integral.  

 Ya sea por razones de salud de la madre o cuestiones relacionadas al niño en gestación, hay veces en que los tiempos estimados de un embarazo se aceleran y desencadenan un parto prematuro.  

La Dra. Lilian López, neonatóloga y jefa del Programa de seguimiento del prematuro extremo de Clínica Santa María, explica:“Desde las 22 semanas de gestación, el recién nacido está en condiciones de que lo recibamos, asistamos y mantengamos con todo el soporte que pudiera requerir para seguir con vida”, asegura.   

Según la OMS, el 10% de los recién nacidos a nivel mundial nacen antes de las 37 semanas de gestación. Algunos de ellos se consideran “prematuros extremos” al no haber cumplido las 32 semanas o pesar menos de 1,5 kg.  

Respecto al panorama nacional, el Dr. Eduardo Ahumada, Coordinador de la UPC Neonatal de Clínica Ciudad del Mar, precisa que en las últimas décadas se observa un aumento significativo de este tipo de nacimientos, pasando de un 6,2% en 1991 a un 9% en 2022. “La prematurez extrema es responsable del 75% de las muertes neonatales y del 50% de las secuelas neurológicas que tienen estos niños”, advierte el especialista.  

¿A qué se debe el incremento de nacimientos prematuros?  

Cualquier situación de riesgo dentro del embarazo puede ser condicionante de un parto pretérmino, entre ellas se encuentran, por ejemplo, enfermedades infecciosas, madres muy jóvenes o mayores de 40 años, situación nutricional alterada por déficit o por exceso (obesidad) y patologías de base mal controladas como hipertensión o diabetes.   

El Dr. Andrés Marinovic, neonatólogo de Clínica Biobío, agrega que el aumento de este fenómeno también está asociado a tratamientos de fertilización asistida. “Se ha pospuesto la maternidad por diferentes razones, en la mujer estamos viendo cada vez embarazos de un riesgo mayor y eso, obviamente, ha desembocado en algunas gestaciones que han sido de menor edad”.   

Las secuelas de un parto prematuro  

Independiente de la causa, una vez que el niño nace, puede traer diversas complicaciones respiratorias, cardiovasculares y a nivel de sus diferentes órganos.  

  

El Dr. Marinovic agrega que las principales secuelas en el niño prematuro tienen que ver con la esfera neurológica. “En los casos más complejos, la parálisis cerebral y en aquellos que no han revestido una gravedad mayor, tenemos el espectro de trastornos de aprendizaje, trastornos motrices y la dificultad para alcanzar ciertos hitos del desarrollo en algunas edades”. 

Frente a ello, “lo primero es mantenerlo en un ambiente que se llama térmico neutral y para eso se utiliza una incubadora que permite tener al niño aislado, con una regulación de temperatura adecuada a sus necesidades, humedad y muchas veces oxígeno ambiental si es que lo requiere”, explica la Dra. López.  

Luego viene la evaluación de un equipo multidisciplinario de profesionales y un largo proceso de estabilización y desarrollo de sus distintas funciones fisiológicas. El tiempo de hospitalización dependerá de cada caso.   

El momento de ir a casa  

Para dar de alta a un prematuro, el Dr. Marinovic dice que se deben cumplir tres requisitos: “El niño debe tener un peso adecuado, entre un kilo ochocientos y dos kilos aproximadamente. Además, debe estar resuelta su necesidad de apoyo respiratorio, ojalá irse sin oxígeno suplementario y, de requerirlo, tiene que estar ya en un programa de asistencia en domicilio. La tercera condición es tener resuelta la vía de alimentación, idealmente habiendo desarrollado la capacidad de succión y deglución”. 

Una vez en casa, comienza una nueva etapa. “El apoyo multidisciplinario, incluyendo profesionales de todas las áreas de la salud como fonoaudiólogo, terapeuta ocupacional, fisiatra, kinesiólogo, entre otros, es fundamental para entregar las herramientas que permitan la mejor calidad de vida posible”, concluye el neonatólogo de Clínica Biobío.