De origen coreano, NABOTA llega a Chile con el respaldo de la más reciente aprobación de la Federal Drug Administration (FDA), la European Medicines Agency (EMA) y nuestro Instituto de Salud Pública (ISP). Con lo último en investigación, cuenta con la tecnología patentada Hi-Pure, obteniendo un 98,7% de pureza.

“La toxina botulínica tiene varios fines, pero el gran mercado es la medicina estética. El procedimiento con toxina botulínica se puede realizar a diferentes edades, y lo considero como el tratamiento de entrada, el menos invasivo y que permite corregir de forma natural aquello que no nos gusta del rostro”, explica la doctora Patricia Leite, renombrada cirujana plástica brasilera que presentó la nueva toxina botulínica NABOTA a destacados especialistas chilenos.

De acuerdo a la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica Estética, el 2019 se realizaron 6.271.488 procedimientos con toxina botulínica a nivel mundial, equivalente al 46,1% del total de procedimientos no invasivos. En España, el 42% de los tratamientos faciales realizados el 2021 correspondieron a la toxina botulínica, y en Chile, durante el 2022 se efectuaron alrededor de 500.000 aplicaciones, y se proyecta un crecimiento del 10% anual.

En este escenario llega a Chile NABOTA (Natural Botulinum Toxin Type A), la toxina botulínica tipo A de última generación que ofrece estándares de calidad internacionales gracias a su propio proceso de purificación patentado, Hi-Pure, con el que alcanza un 98,7% de pureza, y ubicándose en el Top One de su tipo.

En el mundo sólo hay 3 toxinas botulínicas certificadas por la FDA, pero que llevan más de 10 años desde su creación; NABOTA está aprobada no sólo por la FDA, también por la European Medicines Agency (EMA), el Korea Food and Drug Administration (KFDA) y nuestro Instituto de Salud Pública (ISP), gracias a sus estudios a gran escala efectuados a más de 2.000 pacientes en Estados Unidos y Europa.

¿Cómo partió todo? En 1987, la doctora Jean Carruthers trató a un paciente con contracción de un párpado con toxina botulínica tipo A, buscando el efecto de relajar el músculo; el resultado fue el esperado, pero además notó que con el tiempo desaparecían también las arrugas del entrecejo y alrededor de los ojos. Carruthers había descubierto accidentalmente el uso la toxina botulínica tipo A con fines estéticos, área de la medicina con uno de los crecimientos más importantes en los últimos años.

“Nabota se fabrica en Corea, y lo que destaco es su excelente calidad, desarrollada por Daewoong Pharmaceutical con tecnología propia, que garantiza más del 98% de pureza, ya está aprobada en setenta y ocho países, ¡setenta y ocho! Y ya se utiliza en cincuenta y un países. Hay registros e información de resultados prácticamente en todo el mundo, y la verdad es que es una toxina botulínica muy competitiva, tiene un inicio de acción más rápido, a los 2 días se ve el efecto, el que se mantiene igual por más tiempo. Diría que es la toxina más intensa, más poderosa, de las que hay actualmente a disposición del cuerpo médico y pacientes”.

Para el médico Cristián Sepúlveda, cirujano plástico de la Universidad Católica con especialización de cirugía plástica estética en Nueva York, Dubai y Europa, “Nabota destaca por su biotecnología de última generación, que nos permite a los especialistas ofrecer a nuestros pacientes un procedimiento más rápido, seguro y preciso. Además, el hecho de tener baja inmunogenicidad ha demostrado efectos más duraderos y estables en el tiempo, lo que también es un gran avance”.

La calidad y resultados de NABOTA permite su presencia en 90 países, incluyendo Estados Unidos y 28 naciones europeas; a Chile llega con el respaldo de Laboratorio Torregal, que durante 17 años ha aportado soluciones en el ámbito de la tecnología médica, con altos estándares de calidad, certificaciones internacionales y aval científico.