• Tras emigrar del Mall del Mueble, ubicado en un tradicional sector de Santiago, los mueblistas del Barrio Franklin se organizaron para  abrir una nueva casa.  Se agruparon en una cooperativa bajo el nombre “Aires del Mueble” y aquí les contamos la historia de este cambio liderado por mujeres .

Son 25 mujeres en una sociedad de 35 personas y ellas mismas cuentan que los hombres que llegan a comprar a uno de sus dos nuevos galpones, se sienten atendidos por un harem. Se trata de mujeres esforzadas, que trabajan desde su niñez y que en gran parte son jefas de hogar que quieren dar empleo a otras mujeres. Señalan que les fue difícil meterse en un mundo de hombres y salir airosas, pero hoy se sienten orgullosas de lo que han logrado. Las historias son muchas, pero quisimos destacar dos, que reflejan la realidad de este grupo de féminas.

“Digan que parecemos de 15 eso sí”, dice una risueña Lupe Robles (58), presidenta de la Cooperativa Aires del Mueble que hoy agrupa a gran parte de los ex mueblistas de Franklin, los mismos que fueron desalojados hace cuatro meses desde el tradicional sector de Santiago y que hoy logran salir adelante con mucho éxito en dos nuevas bodegas en el sector de Buenaventura, Quilicura.

Ella es una de las tantas mujeres que han logrado salir adelante ante las diversas adversidades, que hace más de 30 años se empecinaron en trabajar en un rubro reservado para los hombres y han tenido que enfrentar crisis económicas, dos incendios y un reciente desalojo que amenazó con terminar con sus sueños, pero que gracias a este poder femenino lograron salir adelante y con mucho éxito.

LUPE

“Son 25 las socias de la Cooperativa Aires del Mueble, de un total de 35 socios. Súmale a eso vendedoras, por lo menos unas 20. Hay hartas niñas que trabajan con nosotros, son jefas de hogar y tienen a sus niños estudiando y nosotros les damos trabajo. Si cuando vienen a comprar hombres se sienten como en un harem”, señala una risueña Lupe Robles.

Ella tiene tres hijos, a quienes asegura crío gracias al esfuerzo y los frutos de su trabajo, el que comenzó hace más de 30 años. “Soy la más antigua de todos, empecé en las gangas, junté a la gente para que se agruparan en el mall, luego me los traje para Quilicura. Toda una vida de trabajo, que me dio la satisfacción de tener una hija actriz, otra educación física y un hijo que me acompaña en el negocio”.

Este mes cumplen un año desde que decidieron juntarse como Cooperativa Aires del Mueble y arrendar nuevos locales para no desaparecer. Y en menos de 6 meses desde que se cambiaron y a sólo cuatro desde el desalojo que los sacó definitivamente desde el barrio Franklin, ya cuentan con dos bodegas y 120 locales a disposición de sus clientes.

“Somos todas luchadoras, esforzadas, jefas de hogar que tenemos hijos y trabajamos por ellos. Y hoy nuestro sueño más importante, más allá de nuestras dos galerías es lograr tener algo propio, y el día de mañana comprar un lugar para no seguir arrendando”.

Sobre cómo fue su vida de trabajadora logrando salir adelante en un mundo de hombres, Lupe asegura que “al principio me decían que era loca, que como se me ocurría que iba formar algo tan grande. Mucha gente se fue bajando de esta iniciativa que nos tiene hoy en Quilicura y tras buscar gente que nos asesorara fuimos local por local sumando gente que quisiera participar y las mujeres fueron las que más creyeron y acá estamos saliendo adelante”.

Una luchadora que no descansa

María Aránguiz tiene 55 años y una historia digna de destacar. Crió a sus tres hijos, uno de ellos aún en el colegio y ha tenido que hacerse cargo de dos sobrinos, unos pequeños de 9 y 5 años, que hoy dependen de ella.

Cuenta que trabaja desde los 7 años y hace más de 30 llegó a Franklín, donde comenzó como vendedora hasta que se atrevió a arrendar un local y trabajar en él, logrando tener hoy un hijo ingeniero, una hija secretaria y un tercer retoño que sigue estudiando.

“Trabaje de vendedora como 17 años, después me independice y junté un dinero para arrendar un local. Desde los 7 años que trabajo en las calles en el comercio, primero vendía juguetes, era comerciante ambulante, después en los muebles cuando era pura ganga, después se formó el mall y así hasta hoy. Nosotras somos todas jefas de hogar, somos todas microempresarias y la mayoría somos mujeres”

“Hoy so soy la que llevo el buque en mi casa, trabajo en el local, voy a lo talleres, veo a los niños tengo a mi mama de la tercera edad, tiene marcapasos, vivo preocupada de mis hermanos, corro todo el día. Pero estoy orgullosa de mis logros, porque tengo hijos buenos, que se criaron en el barrio Franklin y del colegio se pasaban a mi local y ahora son profesionales”, agrega María Aránguiz.

Sobre su experiencia trabajando en un mundo de hombres, señala que “al principio fue bien difíciles, porque los hombres eran muy machistas, pero yo me di a respetar, siempre luchando y con mis hijos al lado”.

Aires del Mueble o los ex Mueblistas de Franklin, están ubicados en San Ignacio #701 y #851, Buenaventura, Quilicura.