• Daños al bebé y partos prematuros son las mayores razones que las mujeres embarazadas dan para evitar el sexo durante este periodo. El doctor Ignacio De La Torre Chamy, ginecólogo de Clínica Ciudad del Mar, aclara los mitos de la sexualidad en el embarazo, recomendando su práctica e incluso, revela cuál es el mejor trimestre y la mejor posición para hacerlo.

El embarazo es una etapa normal de la vida de la mujer y podemos afirmar que ellas en este período, experimentan numerosos cambios a nivel físico, mental y emocional, para los cuales se encuentran genéticamente preparadas. Estas transformaciones físicas que ocurren durante la gestación pueden convertir este período en una etapa muy placentera en la vida sexual de la pareja o bien, en todo lo contrario. Las hormonas juegan un rol fundamental en estos cambios. La  progesterona aumenta 10 veces sus niveles sanguíneos, mientras que la cantidad de estrógeno que se produce en un solo día es equivalente al de una mujer no embarazada durante 3 años.

El Dr. Ignacio De La Torre, ginecólogo de Clínica Cuidad del Mar, explica que en este periodo una mujer suele estar preparada para una penetración antes que lo habitual. “Esto porque el embarazo produce un aumento del flujo sanguíneo y de la congestión de los tejidos de la pelvis, lo cual determina un aumento de la lubricación vaginal. Además, el aumento de flujo sanguíneo también aumenta el tamaño de los labios vulvares, del clítoris y de las mamas y se acompaña de una hipersensibilidad de los receptores sensitivos de las zonas erógenas. Esto puede desencadenar un orgasmo con mayor rapidez”.

¿Por qué algunas parejas suspenden la actividad sexual durante este período? Algunas parejas pueden experimentar temor de dañar al bebé directamente durante una relación sexual, otras se pueden sentir inhibidas por los movimientos fetales, presentar dolor por los cambios de las curvaturas de la columna y algunas incluso suelen preocuparse por desencadenar un parto prematuro de su hijo. Sin embargo, las relaciones sexuales no representan riesgo alguno para la salud del bebé, el que se encuentra protegido por las membranas amnióticas, el líquido amniótico que lo rodea, el cuello uterino y el tapón mucoso.

“El segundo trimestre es el más pleno para experimentar las relaciones sexuales, ya que la madre se siente mejor, se ha adaptado al embarazo y su vientre no es tan abultado. Desde el punto de vista médico no existe una posición sexual que sea más o menos segura. Para algunas mujeres  se recomiendan posiciones más bien de lado, porque es más cómodo, pero es parte de los elementos que cada pareja debe descubrir durante la gestación”, indica el médico.

Existen algunos mitos entre las mujeres embarazadas, como que la penetración vaginal puede dañar al bebé o incluso provocar la ruptura de membranas, sobre todo en las semanas previas al nacimiento. “Estas dos suposiciones son falsas y es importante aclararlo, pues generan un ambiente de preocupación y tensión en la pareja en torno a la sexualidad. El sexo es un elemento muy importante que deben explorar,  cuidar y mantener en este período”, aclara el especialista.

Hay mujeres que se preocupan por las contracciones que se pueden generar después de la actividad sexual, especialmente durante el orgasmo. El clímax puede producir contracciones uterinas, pero no son las mismas contracciones de trabajo de parto, pues carecen de la frecuencia e intensidad necesarias para desencadenar un nacimiento. De hecho, está demostrado que la actividad sexual no produce parto prematuro y a las mujeres que están al final del embarazo tampoco logran adelantar su parto.

Quienes sí pueden tener restricciones respecto de la actividad sexual son aquellas mujeres con riesgo de parto prematuro y con alteraciones en el cuello del útero que pudiesen favorecer un parto antes de tiempo. Para ellas, la actividad sexual puede estar restringida. El resto no tiene razones para suspender las relaciones, sobre todo porque mantener una vida sexual normal durante el embarazo tiene beneficios para la pareja, especialmente en ese momento tan especial de sus vidas, que es la previa a la paternidad.