Por: Elizabeth Salazar T.
Esta película argentina nos muestra la historia de Arturo (Guillermo Francella), el dueño de una galería de arte, un tipo con mucha labia y muy encantador, en contraposición con. Renzo (Luis Brandoni), un pintor talentoso y huraño con una carrera en decadencia, pero a pesar de sus diferncias son grandes amigos. Arturo intenta relanzar la carrera de Renzo, pero su propuesta parece tan loca como arriesgada.
Es una de las buenas alternativas para estos días, si le gusta el humor negro y el estilo de las películas argentinas, esta es una genuina representante. Con un ritmo de narración que no decae en ningún momento, los protagonistas nos llevarán desde el cólera a la risa e incluso tiene algunos momentos emotivos. En particular, el personaje de Brandoni como el pintor, a ratos es exasperante, una prueba de paciencia para cualquiera, en cambio Francella a pesar de lo que haga, es el típico sujeto que no puede caer mal, por el contrario, pero estos personajes opuestos, tantas veces representados en el cine, acá funcionan perfectamente, debido al buen guion y la gracia de sus protagonistas.
El director de la película es Gastón Duprat, es el mismo de “El ciudadano ilustre” y la verdad mantiene el mismo estilo de humor (el guion también es suyo), pero en esta ocasión el resultado, para mi gusto es mucho mejor. Una película para reír y pasar un muy buen rato, que nos hace tanta falta por estos días.
Duración:105 Minutos
Puede verla en Netflix