La tibieza de la primavera se ha dejado sentir y a decir verdad ya se está instalando. Y con ello se renuevan las energías y también se acomodan los deseos de librarse de la ropa, por lo propio de la estación.

Entonces, como es lógico, quienes tienen unos kilos de más o unos incómodos rollos que ahora sí se notan, comienzan a buscar soluciones rápidas y “mágicas” para eliminar esas molestias. O sea, lo que se ganó en meses se quiere eliminar en el mínimo de semanas.

En esta secuencia de artículos escritos por la Doctora María Angélica Orjuela, Directora de Mediser, se plantearán los riesgos que se corren cuando la opción de la persona es bajar rápido de peso. Para comenzar y como regla básica y de oro en asuntos de peso y balanzas, es aclarar tajantemente que ninguno de los métodos para bajar rápido de peso es seguro. Lo único seguro y que nos llevará a buen fin es el cambio de hábitos alimenticios.

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Vamos con el análisis:

 1.- Recetas Magistrales.

Desde que se prohibieron en el mercado medicamentos como la Sibutramina, que aún conteniendo una alta carga tóxica se utilizaba para bajar de peso, las Recetas Magistrales concentraron la atención. En ellas, habitualmente se realiza un cóctel letal con sustancias como diuréticos, anfetaminas, benzodiacepinas y laxantes, entre otros, mezcla con la que se logra bajar de peso; pero por deshidratación y pérdida de masa muscular.

Y además, como algunos ya los han comprobado, garantizan un efecto rebote porque al consumirlas no se pierde ni un gramo de grasa. En cambio, sí se pierde matriz ósea con riesgo de osteoporosis; matriz intracelular (lo que acelera el envejecimiento prematuro); daño neurológico severo, por el estado de deshidratación; e incluso puede llevar a la persona a estados psicóticos por la mezcla aleatoria de sustancias con alto nivel de toxicidad.

A fin de cuentas, las Recetas Magistrales son más que un deseo estético, es un problema grave de salud que está disparando los niveles de obesidad. Y peor aún, de enfermedades del alta complejidad asociadas a su uso.

2.- Batidos para adelgazar.

Todo producto que ofrezca un criterio terapéutico; es decir, que oferte un resultado, debe ser considerado como medicamento. Y lo cierto es que la mayoría de estos productos no están bajo esa clasificación. Por lo tanto, el control sobre ellos es totalmente blando, y eso les permite ingresar al sistema, entregando la falsa tranquilidad de que han cumplido con todos los requerimientos. Y la verdad es que poco se conoce acerca de la composición de los mismos.

Pero vamos más allá de eso, ya que reemplazar el acto de masticación, compromete el tránsito y la flora intestinal, y así mismo la absorción de nutrientes.

3.- Naso dieta.

Esta técnica es vista por muchos como una solución mágica para el problema del peso. Y consiste en que se administra a personas sanas sólo alimentación líquida, a través de una sonda nasogástrica, por unos diez días. Al cliente se le garantiza una pérdida de peso mágica. De antemano comento que es una práctica que surgió de observaciones prácticas: la alimentación líquida utilizada ES para los pacientes de CUIDADOS INTENSIVO, quienes se encuentran en condiciones muy diferentes a las de una persona sana.

Hay que tener en cuenta que el proceso de deglución allí no existe, y que la absorción de elementos tan importantes como el calcio y la vitamina b12 se pueden ver seriamente comprometidos; lo que puede generar procesos patológicos irreversibles, tanto neurológicos como osteomusculares.