La médico pediatra, infectóloga  y escritora  acaba de lanzar su último libro de cuentos,  “El Hombre Flaco Canoso y la Mujer de Cejas Pintadas”, son doce relatos que logran interpelar conmover y sacar suspiros.

Por Rebeca Ubilla M.

Pocas veces nos aventuramos con un libro de cuentos, quizás porque en nuestra niñez leemos o nos leen tantos, que generalmente de adultos optamos por las novelas más bien largas. Por esto, cuando una publicación de este tipo aparece no deja de ser novedoso.

 “El Hombre Flaco Canoso y la Mujer de Cejas pintadas” (Editorial Forja), se enmarca en este género con 12 historias  emotivas y entretenidas, que logran interpelar, conmover y sacar suspiros. Los temas de ellas son variadas y van desde el amor hasta las secuelas de la dictadura que vivió Chile.

Tras estos relatos está su autora, María Elena Santolaya, médico pediatra e infectóloga de profesión, pero que según confiesa, tiene un gran interés por la escritura desde que sabe leer. “En el mundo de la literatura me siento cómoda y feliz, tanto de lectora como de escritora. Dentro de la literatura, me gusta la ficción, me parece necesaria para vivir la cotidianidad de una forma más atractiva. Los libros otorgan espacios de fantasía y hacen que los horizontes se amplíen. A través de un buen libro se puede viajar, soñar e imaginar, no hay límites. Eso sin duda es bueno para la vida”, destaca. 

Al hablar de su última entrega, Santolaya indica que “son historias cotidianas en que trato de dar vida a los personajes, contar no solo los hechos sino el ambiente, el sentimiento, la atmosfera que rodea a esos hechos y a esos personajes. Si eso está bien logrado, los lectores se sentirán interpretados, sentirán que eso que les está pasando a los personajes de los cuentos les pasó a ellos, o a un amigo, o alguna vez lo escucharon. Se sentirán emocionados”.

Respecto a su opción a escribir cuentos, indica que “siempre he sido aficionada a los cuentos, me parece un género literario fascinante. Se necesita un buen primer párrafo para que el lector se sienta cautivado, después es necesario desarrollar un conflicto y me parece clave llevar de la mano al lector dentro de la historia, para que se involucre con los personajes, los quiera, los defienda, tome partido por unos o por otros”.

En igual sentido, añade que “busco contar historias desde lo profundo, busco entrar en el sentimiento de los lectores, que se sorprendan donde nada es lo que parece, busco que sientan cariño o detesten a algún personaje en particular, busco conmoverlos, incomodarlos, hacerlos reír, cómo tú dices, busco sus emociones. Busco que terminen cada cuento y que quieran seguir leyendo, que el libro se les haga corto”.