- Su ejercicio involucra diferentes habilidades y un aprendizaje correcto a temprana edad influye en un buen rendimiento académico a futuro. Además fortalece la confianza y potencia la creatividad.
Una medición realizada en Estados Unidos por Common Core -organismo que rige en diversos Estados un conjunto de normas estándar para los contenidos escolares- detectó que un 25% de los estudiantes presenta dificultades para realizar tareas escritas a mano.
Este escenario no es muy distinto de lo que ocurre en nuestro país, si consideramos los resultados proporcionados por el primer SIMCE de escritura realizado en 2013 a 213.537 estudiantes de sexto básico, donde se observó que los alumnos presentaron un bajo promedio en puntuación y en desarrollo de ideas y vocabulario.
En el mundo son diversas las investigaciones que respaldan la importancia del ejercicio de la escritura como un aspecto clave para el desarrollo. “La escritura mejora el desarrollo cognitivo, las habilidades de lectura y potencia el desempeño escolar. Además, fortalece la confianza en sí mismos y favorecer las habilidades creativas”, explica Vincent Parachini, gerente general de BIC en Chile. La compañía, fabricante del bolígrafo Cristal, el más vendido en el mundo, ha realizado diversas investigaciones en conjunto con expertos de distintos países, las cuales han concluido que la escritura es clave para el desarrollo académico y de las personas en general.
De hecho, según investigaciones del Centro Educativo Brainworks, de Estados Unidos, la escritura involucra 14 habilidades diferentes, dentro de las cuales se encuentran concentración visual, atención, organización física de movimientos, adquisición de lenguaje, refuerzo de la memoria, percepción espacial, organización, integración, coordinación ojo-mano, entre otras. Por esto, se recomienda a los estudiantes la práctica de escribir a mano durante al menos 15 minutos diariamente. Hacerlo durante las vacaciones también es recomendable.
Diez consejos para estimular la escritura en los niños
BIC está realizando una campaña en distintos países del mundo para promover la escritura a mano. En este contexto, entrega algunos consejos e ideas para que los padres pueden canalizar recursos esenciales de sus hijos, como son la imaginación y la creatividad, a través de juegos o tareas sencillas que estimulan la práctica de la escritura.
Disponer de lápices de colores a mano, además de contar con un espacio pensado para el estímulo de la escritura: Esto ayuda a que los niños quieran pasar más tiempo escribiendo y dibujando.
Horarios para compartir: Establecer momentos en la semana para compartir estas actividades junto con los hijos de manera lúdica y divertida.
Qué vuelvan los juegos de antaño: El bachillerato, el “Colgado” o el juego del gato. También hacer crucigramas y sopas de letras juntos, pues son actividades muy divertidas de realizar entre padres e hijos.
Dibujar en etiquetas adhesivas la caricatura de cada miembro de la familia: Y escribir junto a la imagen la frase que más lo identifica. Luego pegar todos los dibujos en un espacio común del hogar, como en el refrigerador de la cocina.
Jugar a escribir: Establecer un tiempo durante la semana para escribir cuentos sencillos o dibujos, chistes, adivinanzas, canciones y todo lo que salga de la imaginación de los niños.
Hacer listas: Pedir a los más pequeños que escriban la lista del supermercado. También realizar listas de cosas que más nos gustan/disgustan o que queramos tener/hacer/jugar.
Escribir cartas entre todos los miembros de la familia. A los más pequeños les emociona tanto como escribir, recibir cartas de sus familiares.
Jugar a ser famoso: Con este juego, los más pequeños sabrán lo que es una firma, y escribirán buscando una manera creativa de expresar su nombre.
El juego de las preguntas: Escribir preguntas libres en un período de tiempo. Esto incentiva a escribir las respuestas.
¿Quién es quién?: Todos escriben en un papel el nombre de un animal, dibujo animado, personaje de película infantil, etc. Una vez escritos, los papeles se doblan y se juntan dentro de una bolsa. Cada jugador saca uno, pero no debe leer su contenido. Por turnos, los otros jugadores pegan su papel en la frente, así sólo los demás podrán ver su personaje. El jugador hace preguntas a los demás, para adivinar qué dice su papel.