Tomarse la mejor selfie y tener la mejor postal veraniega por pocos pesos, son algunos de los argumentos que muchos tienen en cuenta a la hora de comprar lentes de sol en la calle. Sin embargo, los altos índices de radiación ultra violeta a los que nos vemos expuesto son evidentes y no sólo hay que pensar en un buen bloqueador solar, sino que también hay que considerar el cuidado de los ojos, sobre todo las personas que tienen una menor pigmentación.

En ésta época no sólo han aumentado las temperaturas, sino que también la cantidad de vendedores ambulantes que ofrecen lentes de sol. Los mejores modelos de todas las marcas, con 100% de protección UV y por sólo dos mil pesos, son algunos de los versos que se pueden escuchar en cada rincón de Chile. Pero muy pocas personas saben que, para mala suerte de su economía, se puede generar un riesgo para la visual, ya que traen consecuencias de corto y largo plazo.

“Si los lentes que compramos no tienen los filtros adecuados, el daño del sol puede empezar en la piel de los parpados y continuar hacia adentro, generando carnosidades externas (pterigion), lesiones en la córnea (queratitis), cristalino (catarata) y más profundamente, graves daños a la retina”, asegura el oftalmólogo de Clínica Vespucio, Doctor Eduardo Serrano.

La radiación UV, es la responsable de las conocidas quemaduras que se producen en nuestra piel cuando nos exponemos al sol por tiempo prolongado y en horas críticas donde la radiación es mayor, sobretodo en primavera y verano (11:00- 15:00hrs). Al igual que la piel, los ojos pueden sufrir daño si no se asumen conductas preventivas.

“Los niños pequeños son los más susceptibles de sufrir un daño ocular que los adultos, por lo tanto, mientras antes usen un buen lente de sol mayor protección alcanzarán. De no ser posible comprar o encontrar lentes adecuados, hay que recordar que también se logra protección con el uso de gorros y evitando la exposición a las horas de mayor riesgo”, señala el especialista.

Además, el doctor agrega que “si bien las personas de ojos claros son más sensibles a la luminosidad solar por contar con menos pigmentos que bloqueen la luz, tanto los ojos claros como los oscuros pueden sufrir de la misma cantidad el daño ocular una vez que los rayos UV han logrado ‘atacar’ los tejidos”.

Algunos de los síntomas que se perciben al tener daño ocular por consecuencia de los rayos UV, son:

-Una exposición aguda puede provocar intenso dolor.

-En el caso de sufrir una queratitis, se presentará fotosensibilidad (aversión a la luz) y lagrimeo.

-Cuando se observa directamente el sol (eclipses) se puede sufrir de pérdida parcial de la visión (manchas), por daño directo a los fotoreceptores retinales.

¿Cómo elegir un buen lente?

Al comprar un lente de sol hay que entender primero que no estamos adquiriendo un artículo de moda, lo que no evita que pueda ser bonito, sino de protección. Y el oftalmólogo de Clínica Vespucio entrega las siguientes sugerencias:

-Elija un lente más bien grande para que proteja los parpados.

-Que sea cómodo y liviano. Bien calzado en el puente nasal y las orejas.

-No es necesario que sea muy oscuro, porque la radiación UV puede hacer daño incluso en días nublados.

-Debe estar certificado que tiene protección para los rayos ultravioleta UB-A y UV-B.

“En general yo les recomiendo a mis pacientes que no tienen que gastar una fortuna en lentes de sol. Lo importante no es que sean ‘de marca’, sino intentar acreditar que tengan alguna certificación de que poseen filtros para los rayos ultravioleta”, cerró el oftalmólogo de Clínica Vespucio.