Se puede volver a recuperar el peso perdido, por lo que la cirugía no habrá servido de nada. También es posible generar otras deficiencias nutricionales relacionadas como una anemia y sin lograr la meta que se impuso al momento de realizar la operación. Mira hasta cuando el nutricionista debe ser tu compañero y la importancia de cuidar la alimentación tras esta decisión.

La Expo Estética y Salud es una oportunidad no sólo para conocer las alternativas para ser bellas o bellos, también es la instancia en la que se impone la salud como algo primordial, la que debe ser tomada en cuenta en cada tratamiento que una persona inicie, no arriesgando así nuestro cuerpo y mente, por tener un aspecto mucho mejor.

Es por eso que la nutricionista Karen Riedemann, Directora Nacional del Colegio de Nutricionistas Universitarios de Chile, dio una charla durante la realización de la Feria, en la que explicó el rol que juega la nutrición tras la cirugía bariátrica, los riesgos de no seguir con los controles en los tiempos determinados y cómo se puede revertir todo lo avanzado.

“Los nutricionistas tienen gran importancia en este proceso y hay normas internacionales que dicen cuál debe ser el seguimiento adecuado, de acuerdo al tipo de cirugía que se realicen. En Chile, los Nutricionistas de Cirugía Bariátrica y Metabolica, NUBAMET, estamos confeccionando un Consenso Nacional, en donde se menciona que deben existir controles un mes antes de la cirugía, a los 15 días previos, 15 días post cirugía, al mes, dos meses y cuatro meses y al año. Y luego controles cada 6 meses. También se presentan las progresiones de dieta y tratamiento nutricional en todo el post operatorio”.

“Si el nutricionista no participa en todo este proceso, el paciente puede presentar intolerancias a los alimentos por el desconocimiento de la nueva conducta al comer, deficiencias nutricionales que incluso pueden llevar a desnutrición”, advierte la profesional. Por ello, es fundamental contar con la asesoría adecuada en materia nutricional para considerar que la cirugía fue un éxito. Generalmente las metas de peso se logran al año, pero los controles anuales deben mantenerse para considerar que la intervención logró su objetivo, en especial porque de no contar con un control adecuado, los pacientes pueden presentar reganancia de peso ya a los dos años post cirugía”, concluye.

La Cirugía Bariátrica en Chile

El 2014, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) emitió un informe que situó a Chile en el quinto lugar de los países con más obesidad en el mundo. Un dato alarmante que podría explicar el aumento de las cirugías bariátricas en el país, alcanzando las 7 mil intervenciones al año.

Quienes deciden someterse a este tipo de cirugías consideran que es la mejor y única opción para terminar con la obesidad y llevar una vida saludable. Karen Riedemann, señala que de acuerdo con los criterios internacionales y la Guía Clínica del Minsal, “se recomienda esta intervención a pacientes adultos con fracaso de tratamiento médico multidisciplinario de la obesidad; quienes tengan un IMC mayor a 40 kg/m2; y a las personas con IMC entre 35 a 40 kg/m2 que presenten una o más enfermedades asociadas, como hipertensión arterial, diabetes tipo 2, dislipidemia, apnea del sueño u osteoartritis de grandes articulaciones”.

En general, los candidatos a la cirugía bariátrica son adultos, pero desde hace unos años se ha empezado a considerar adolescentes, aunque no hay consenso internacional sobre una edad específica, ya que se consideran más criterios que en los candidatos mayores de edad.

“Estas intervenciones son una alternativa segura y eficaz para la resolución de la obesidad y su comorbilidades, cuando está presente un equipo multidisciplinario y el paciente se adhiere al tratamiento médico nutricional para conseguir estos objetivos”, afirma la especialista.

La importancia del equipo multidisciplinario

Pero la operación no basta para lograr los resultados esperados. Para que la cirugía logre su fin, el paciente debe contar con el apoyo de un equipo multidisciplinario conformado por un cirujano, enfermera, médico nutriólogo, nutricionista, kinesiólogo, psiquiatra y psicóloga.

Respecto al rol del nutricionista, Karen Riedemann explica que “debe estar presente antes de la cirugía para realizar una completa evaluación nutricional, reconocer presencia de trastornos de la conducta alimentaria, preparar al paciente en los cambios de la conducta alimentaria que tendrá y entregar la pauta de régimen para los días previos a la cirugía”.

Asimismo, después de la cirugía debe controlar al paciente para evaluar la disminución de peso, entregar y realizar educación, y verificar el cumplimiento de las pautas para evitar deficiencias nutricionales y reganancias de peso.