Roderick Peters, CEO Seniority Chile

Cuando llegué a Chile, me di cuenta que al hablar de residencias para adultos mayores, muchas personas tenían una imagen oscura de éstas, y se imaginaban que los mayores al ser dejados ahí por sus familiares, quedaban “botados”… casi sin recibir visitas, verdaderamente, abandonados a su suerte.

En general, compartir con otros es una necesidad humana vital y para las personas que conforman la tercera edad, es una de las maneras para sentirse vigentes. Una vida social activa en esta etapa ayuda a mejorar la calidad de ésta. Los adultos mayores ejercitan la memoria, se enferman menos y enfrentan el día a día con resiliencia, es decir, son capaces de afrontar cualquier adversidad con tranquilidad. La interacción con las personas queridas es una inyección de vitalidad para ellos. Al pedirles consejo, indirectamente los hacemos sentirse útiles, valorados y necesarios, generando autovaloración que les ayuda a enfrentar este periodo con entusiasmo y optimismo.

 

De ahí la importancia de la participación activa de las familias y amigos en la vida de sus adultos mayores. Personalmente, cuando visito las distintas residencias de Seniority, he podido apreciar con mucha satisfacción un directo involucramiento entre nuestros residentes y sus familiares: hijos y nietos pasan más tiempo con sus padres y abuelos, compartiendo con ellos el día a día, no sólo en fechas especiales. Los visitan para conversar, para pedir consejos o salen juntos a pasear.

Para fomentar estos encuentros, en las residencias de Seniority buscamos generar distintas instancias como bingos, celebraciones o talleres, actividades que han sido muy bien recepcionadas por los parientes de nuestros residentes, quienes además participan con mucho entusiasmo. La salud mental de los adultos mayores que viven en nuestras casas depende del cuidado nuestro, y también de la alegría y felicidad que los familiares puedan entregarles.