Entre plantar los árboles de trufas y cosecharlas, suelen pasar como mínimo cinco años. Una espera que requiere de paciencia pero que dio sus frutos y hoy es un éxito total en el mercado chileno. Se trata de Katankura, un emprendimiento que se lleva a cabo en el sur de Chile, específicamente en un campo de 200 hectáreas cercano a Chillán.
La trufa, una joya gastronómica
El sabor a trufa es único y no es comparable con nada conocido. ¿La razón? Pues nosotros distinguimos comúnmente los sabores amargos, dulces, salados y ácidos, pero nuestra lengua es capaz de detectar un quinto sabor, que es el Umami, el cual está presente en las trufas. Por sí mismo, el umami no es sabroso, pero realza el sabor agradable de una gran cantidad de alimentos, especialmente en presencia de aromas complementarios.
A partir de una trufa se pueden hacer muchísimas cosas, ya que sirven en la alta cocina para preparar desde entradas hasta respostería, licores y helados. Tiene aplicaciones simples y otras más complejas, pero siempre dándole el toque gourmet a donde sea que se utilice.
Los productos que ofrece Katankura
Cual más tentador que el otro. Realmente los productos trufados que ofrece Katankura son muy originales e inigualables, todos desarrollados por el reconocido chef francés Franck Dieudonne. Entre ellos, encontramos el Aceite de trufas, especial para darle un toque final a las preparaciones o a los picoteos.
Hay aceite de trufas negras y también de aromas de trufas blancas que van mezclados con aceite de oliva extravirgen. Dentro de la botella hay una lonja de trufa que lo armoniza entregándole un poco más de sabor. El aceite (de trufa negra y blanca) lleva un aroma potente a través de la elaboración de una mezcla única y original de Katankura. Además, se puede utilizar en platos calientes y fríos, con las preparaciones que gustes, pero siempre aplicando poca cantidad, utilizando el gotario que viene con la botella.
También está la Reducción de Aceto balsámico trufado, que sirve para aderezar las ensaladas o incluso para un postre, un producto que sirve tanto para salado como para dulce. La Crema de trufas, que es un placer al paladar, es una salsa lista para ser usada y que es perfecta para cuando no tenemos tiempo para cocinar pero queremos lograr una preparación simple y rica.
El Paté de morchellas con trufas, especial para comerlo con galletas en un picoteo o para terminar un risotto. La morchella es un hongo que se halla en lugares silvestres y que es muy escaso, siendo el segundo hongo más demandado por la gastronomía internacional, después de la trufa. Katankura también ofrece morchella molida y entera, que se usa principalmente en carnes y salsas y también un aliño de morchella especial para platos calientes.
También está el clásico “diamante negro de la cocina”, que es la trufa negra fresca, cultivada en la región del Bío-Bío de manera 100% natural. La trufa es muy potente por lo que basta con pequeñas cantidades (hay que usarla en láminas muy delgadas).
Es importante recalcar que en el mercado chileno no hay ningún otro tipo de productos trufados hechos en Chile, Katankura es la única empresa en Chile dedicada a su elaboración, al punto de que hoy no tienen competencia en todo América Latina.
¿Dónde encontrarlos?
Si quieres deleitarte con estos productos únicos en Chile, puedes comprarlos a través de www.katankura.com, en donde cuentan con despacho a todo Chile. También en distintas tiendas de Santiago como Balbuco, Haute Causine, Almacén Gourmeat y Live Market. Además, en el restaurant La Brasserie, ubicado en Providencia, cocinan con estos productos y también los venden.
Los precios de los aceites van desde 16.900, el aceto balsámico y los patés $9.000 y $8.000 la crema trufada. También hay packs de descuentos muy atractivos, como 2 aceites por $25.000. El precio de los aceites asusta, pero hay que tomar en cuenta que cunde para 50 comidas. Si los comparamos con los aceites típicos como el de oliva o el de maravilla, las cantidades a usar ni se asemejan, ya que el aceite Katankura no necesita más de dos gotas por preparación, elevando lo cotidiano a lo especial.
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