La doctora María Ester Bufadel, gastroenteróloga de IntegraMédica, explica ante qué síntomas hay que acudir a un centro médico, para evitar complicaciones. Además, entrega recomendaciones para prevenir estos cuadros.
En plena época de vacaciones, son muchas las personas que buscan disfrutar y pasarlo bien, donde las salidas a comer y la búsqueda de nuevas alternativas culinarias son una opción muy frecuente para aprovechar el tiempo libre. Sin embargo, a veces esto puede traer consecuencia para la salud, como por ejemplo las intoxicaciones gastrointestinales por consumo de alimentos en mal estado o contaminados.
“Una intoxicación gastrointestinal ocurre cuando una persona, o un grupo de personas, ingieren un alimento contaminado con bacterias, virus, parásitos o las toxinas producidas por estos microorganismos. Los síntomas pueden comenzar algunas horas o días luego de consumir el alimento y los principales síntomas son náuseas, vómitos, diarrea, dolor abdominal, fiebre y dolor de cabeza”, explica la doctora María Ester Bufadel, gastroenteróloga de IntegraMédica, quien entrega las principales recomendaciones para evitar estos cuadros y poder disfrutar de la comida de manera tranquila y segura.
Señales clave
Ahora bien, ¿cuándo pasa de ser un cuadro leve y autolimitado a uno de mayor riesgo? Según la especialista, hay que tener mayor precaución con los adultos mayores, mujeres embarazadas, bebés y niños pequeños, y con las personas que tienen enfermedades crónicas. En este sentido, recomienda consultar ante los siguientes signos:
● Vómitos frecuentes que impidan retener líquidos.
● Diarrea que dure más de 3 días.
● Dolor abdominal intenso.
● Fiebre.
● Síntomas y signos de deshidratación (sed excesiva, sequedad boca, disminución de la orina, debilidad, mareo o aturdimiento).
● Síntomas neurológicos como visión borrosa, debilidad muscular.
● Diarrea con sangre.
La contaminación de los alimentos puede ocurrir en cualquier punto de la cadena de producción: cultivo, cosecha, procesamiento, almacenamiento, envío y preparación. “Existen algunas medidas que podemos tener en consideración y realizar de manera preventiva. No consumir carnes, aves o huevos crudos o poco cocidos, evitar lácteos o sus derivados no pasteurizados, no consumir pescados y mariscos crudos, y lavar adecuadamente frutas y vegetales antes de ser consumidos”, asegura María Ester Bufadel.
Asimismo, recomienda tener cuidado con la contaminación cruzada, es decir, mantener separados los alimentos crudos de los listos para consumir; no utilizar la misma tabla de cortar para alimentos crudos, como la carne, y luego cortar en ella vegetales; lavarse las manos antes y luego de preparar los alimentos, al igual que las superficies de trabajo; mantener la cadena de frío de los productos que requieren refrigeración y tener alimentos congelados por porciones para descongelar solo lo que se va a consumir.
En esta época de calor, la gastroenteróloga sugiere tener especial atención en los alimentos que requieren refrigeración, y en la elaboración, por ejemplo, de mayonesa o cremas, que al permanecer a temperatura ambiente se favorece la proliferación bacteriana.